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El debate racial y las izquierdas. Consensos y disonancias. Armando Chaguaceda Politólogo e historiador, Universidad de Guanajuato Cubano. Residente en México Marlene Azor Hernández Dra. en Ciencias Sociales y Humanidades, Universidad Autónoma Metropolitana, México. Cubana. Residente en México. E n el actual escenario sociopolítico cubano es posible identificar, dentro de un entorno todavía más amplio y diverso, posturas adscritas a varios referentes de izquierda —entendida como universo ideológico y político plural que reúne desde la militancia libertaria, pasando por la socialdemocracia, hasta los comunistas— que amplían las pretensiones monopolizadoras del discurso oficial. Cada una de ella posee sus propias miradas sobre temas tales como la justicia social, la democracia política y el modelo de desarrollo socioeconómico. También sus perspectivas difieren en torno a una problemática de creciente presencia y debate dentro de la sociedad cubana, con creciente visibilidad tanto en discursos emergentes como oficiales: la problemática racial. Esta realidad y el debate que genera se vinculan con la emergencia de nuevos actores: académicos, artistas, activistas, que han puesto el tema racial en el centro de su quehacer. Si se consultan obras o estadísticas sobre el impacto de la crisis provocada por la caída del bloque socialista, se aprecia que negros y mulatos llevan la peor parte y la situación se agrava si se trata de mujeres y habitantes del empobrecido Oriente cubano, cuna de todas las revoluciones políticas y sociales. Ante tal situación, que ha hecho retroceder el avance e inclusión derivados de las políticas gubernamentales desarrolladas desde el triunfo de 1959, el historiador Alejandro de la Fuente, señala que desde finales del siglo pasado: “Inicialmente impulsado por intelectuales, músicos, escritores y artistas, […] el movimiento afrocubano ha ido logrando romper el silencio oficial que cubría el tema racial en Cuba. En los últimos años, la lucha por la igualdad racial se ha enriquecido con la participación de organizaciones y activistas que han traducido las denuncias al lenguaje de los derechos ciudadanos. Aunque el movimiento afrocubano ha ganado en complejidad y diversidad, el debate de los últimos años ha ido produciendo, en paralelo, una serie de grandes temas de interés compartido. Estos puntos de acuerdo anticipan, quizás, 31