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Las sociedades de negros y mulatos en
Pinar del Río (1902-1963):
Realidades y desencuentros
Fidel Guillermo Duarte González
Historiador. Especialista en trabajo comunitario
Historia
Pinar del Río, Cuba
72
E
l estudio del surgimiento, esplendor y declive de las Sociedades de Negros y Mulatos1 en Pinar del Río, desde 1902 hasta
1963, está marcado por el inicio de la República
y los grandes cambios estructurales en cuanto a
nuevas formas de relaciones de producción de
tipo capitalista, establecidas sobre todo por la influencia de los Estados Unidos como eje de dominación económica en toda la América Latina.
El espejismo que, en algunos negros y mulatos,
pudo crear una constitución que proscribía la discriminación por el color de la piel, se disipó
pronto y el resultado no pudo ser más triste. La
salida definitiva del ejército colonial trajo aparejada una “reconciliación espiritual” y material entre las clases dominantes españolas y la nueva
capa social aristocrática de antiguos y valerosos
oficiales cubanos blancos, surgida entre el olor de
la pólvora, el dolor de los compañeros y familiares muertos, el destierro y el despojo a lo largo de
30 años de lucha, desde 1868 hasta 1898.
Esta reconciliación en las más altas esferas de la
nueva sociedad dejaba a un lado a los hombres y
mujeres de la raza negra, campesinos y jornaleros
blancos pobres con quienes se habían compartido
penurias y empeñado la vida. La presencia de colonos que provenían de la parte sur de Estados
Unidos trasladó el modo de vida discriminatorio,
aliado de las grandes empresas y consorcios que
coparon 87 % de las inversiones en la economía
cubana.
Las sociedades negras se constituyeron en respuesta a la discriminación por los círculos sociales de ocio blancos , que negaban el acceso a los
negros. Pese a funcionar de manera parecida a dichos círculos, las sociedades de negros tenía características muy particulares, ante todo contribuir a la integración de sus miembros en construcción de la nación, tanto a nivel del imaginario nacional como de la inserción en la sociedad.
Sin embargo, de la misma manera que resultaba
problemática la asimilación de un ideario de predominio blanco y excluyente, esas organizaciones
tenían paradoja interna: se reproducían mecanismos de exclusión y de elitismo para alcanzar determinado lugar en el panorama social. Las distintas asociaciones en la misma ciudad, la selección de la membresía y la jerarquía en cada una
de ellas reflejaban la propia jerarquización de la
sociedad negra cubana.
A pesar de los grandes cambios sociales y políticos a raíz de la abolición de la esclavitud, las luchas independentistas y la proclamación de la República, se nota una continuidad entre el pasado
colonial y el período republicano. En su conformación de jerarquías, el color de la piel siempre
desempeñó papel relevante.
El vínculo entre la condición social y racial había
penetrado en el imaginario colectivo con la esclavitud y prosiguió en las mentalidades a lo largo
del siglo XX. Numerosas sociedades negras republicanas tuvieron su origen en el asociacionismo
colonial, particularmente a finales del siglo XIX.