para pensar un país mejor. Me parece que las personas LGTBI tienen una sensibilidad especial, dada también por lo susceptible que son ante sus propios derechos. No están protegidas ni son defendidas como otras personas.
He aprendido mucho haciendo este trabajo y me siento muy identificada con lo que está pasando. Me gusta mucho que se halla sumado ahora otra letra, la H de heterosexuales, que no son más que los heterosexuales amigos de esta comunidad.
Me gusta también pensar en sus intereses, como la inclusión, pues ellos quieren estar todos unidos en esa sopa de letras y no quieren verse aislados. Me interesa mucho también cómo muchos activistas han pensado en no ser parte de un gueto, sino avanzar en la inserción social. Y de eso va la investigación de Causa y azares. Y te digo, no considero que sea un proyecto individual; es una creación colectiva.
Háblame de Una familia revolucionaria. La idea surgió cuando visité Praga y conocí a Michel. Me quedé con muchas ganas de trabajar y con deseos de hacer intervenciones públicas. Me pareció muy bueno hacer este casamiento simbólico con Michel, en el cual yo podía sentirme también en la piel de estas personas. Lo hago para de alguna manera solidarizarme con los problemas sobre identidad de género y reconocer como bello que una persona se reconozca con otra identidad y hacerlo públicamente. También pienso sobre el concepto de revolucionario. ¿ Qué es verdaderamente revolucionario? ¿ Cuáles son las propuestas nuevas que hacemos como ciudadanos, como artistas? ¿ Cómo podría verse eso desde la mirada del otro? Y me sentí como una rara, que es como a veces se sienten las personas de esta comunidad. Fui observada de manera extraña y eso fue un ejercicio súper interesante y muy reflexivo.
Yaima Pardo y Nonardo Perea en Una familia revolucionaria
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