Envases flexibles: una tendencia en alza para alimentos líquidos, platos preparados y conservas
Ya lo adelantábamos en el artículo 8 tendencias en el envase: El packaging del futuro, los envases flexibles son tendencia y suponen un ejemplo de la constante evolución de la innovación en el envase para alimentos.
El packaging flexible es utilizado desde hace tiempo y de forma habitual en amplias categorías de producto. Ya estamos acostumbrados a verlos en snacks (frutos secos, patatas, frutas…), alimentación seca, congelados, etc., productos en los que aporta su facilidad de uso para el consumidor y versatilidad para la empresa entre otras muchos beneficios.
Beneficios de los envases flexibles
• Ahorro de costes energéticos, en materia prima. Esto es así porque es necesaria una menor cantidad de material para su fabricación si los comparamos con otros materiales como el metal, el cristal o incluso los envases plásticos rígidos no flexibles, donde el ahorro en peso puede rondar el 64% en algunos supuestos.
• Ahorro de costes en
eficiencia y espacio de almacenaje, stockaje, logística, distribución etc. Este beneficio es una consecuencia de su ligereza y capacidad para adaptarse a la forma del contenido, formación en línea lo que se corresponde con una menor necesidad de espacio para su almacenamiento, además de la facilidad de la gestión de envases vacíos.
• Mayor usabilidad y practicidad para el consumidor final. Ligero y manejable este tipo de envases se adaptan a las nuevas tendencias de consumo On-the-go.
• Ofrecen mayor eficiencia y flexibilidad de adaptación al proceso y al producto ya que pueden recibirse prefabricados o manufacturarse en la línea de las plantas procesadoras. También son termosellables y ofrecen alta resistencia al impacto.
• Pueden convertirse en un útil instrumento de marketing y ahorrar en el uso de etiquetas ya que son envases imprimibles y permiten ofrecer formas diferentes, además de altamente personalizables.