How to Coach Yourself and Others Coaching De Vida | Page 109
Cómo mejorar la autoestima
Consideraciones sobre la autoestima :Hay
diferentes maneras de abordar la autoestima. Sin
embargo, ya sea de forma equivalente al
Autoconcepto, o considerándose una faceta del
mismo, existe un acuerdo en el énfasis en la
autovaloración afectiva. Es decir, ¿estoy
satisfecho/a conmigo? ¿Me valoro lo suficiente?
¿Me gusta como soy? ¿Estoy orgulloso/a de mis
logros?
La autoestima puede entenderse como una
actitud y una valoración positiva de la persona
hacia sí misma. Podemos calificarla como el
sistema inmunitario de la vida psíquica, ya que
asegura recursos y los potencia, para enfrentarse
con éxito a las dificultades. La ausencia de
autoestima, o su leve intensidad en la persona,
acompaña generalmente a una amplia gama de
trastornos psicológicos.
A menudo se da una autoestima aparente,
defensiva, sobrevaloradora e incluso agresiva. Y,
también a menudo, detrás de esta fachada no hay
más que la ruina personal de una autoestima
agonizante, de un profundo y doloroso desamor
hacia uno mismo.
R.B. Burns, lo describe de esta forma tan
práctica: Autoestima = Logros / Exigencia .Pero, ¿cuál es el nivel óptimo de exigencia? ¿Qué puede ocurrir si
me exijo demasiado? ¿Hacia dónde me conduce no exigirme nada? ¿Qué logros tendría si no tuviera ningún
nivel de exigencia?...
Personas que, aparentemente lo tienen todo, se vivencian negativa y agresivamente porque sus muchos “logros”
y “éxitos”, se ven disminuidos al aumentar perfeccionísticamente las exigencias, las pretensiones. Si esto lo
podemos afirmar de personas socialmente exitosas, quien cuente en su haber con escasísimos logros personales
y sociales, por no hablar de dolor y fracaso, se ven tremendamente disminuidos por las más elementales
exigencias vitales que acarrean un profundo desamor hacia sí mismos. Las expectativas familiares,
comunitarias, culturales, religiosas, etc., conducen en caso de personas poco “exitosas” a una situación de gran
sufrimiento.
William James escribía hace un siglo, desde su experiencia de gran psicólogo, cómo es paradójico que una
persona se autodesprecie a sí mismo hasta la muerte sólo por ser el segundo boxeador del mundo. El hecho de
no haber alcanzado el campeonato mundial le lleva a autodespreciarse, sin bastarle ser vencedor de toda la
humanidad menos de uno. Sin llegar al límite de este ejemplo, la verdad es que nuestra sociedad tan
competitiva, con todas las tensiones que esto acarrea, nos exige unos logros que vivimos con un profundo
sentimiento de inferioridad del cual compulsivamente tratamos de evadirnos y, como consecuencia, una
experiencia dolorosa de propia desestima.