HOLOCAUSTO BAJO LA LUPA - JURGEN GRAF El Holocausto bajo la Lupa | Page 156
Jürgen Graf
sus declaraciones juradas. Los libros sobre brujas, el
diablo, el infierno y la magia llenaban bibliotecas enteras.
En nuestro siglo, el siglo de Einstein, el de la fisión
nuclear y de los vuelos a Saturno, doctores en
jurisprudencia, profesores de historia, intelectuales con
conocimientos enciclopédicos de la literatura universal,
editores de renombradas revistas de noticias de
Hamburgo, periodistas estelares del semanario Weltwoche,
docentes de filosofía, teólogos, tanto fieles al papa como
sus críticos, además de escritores alemanes con
aspiraciones permanentes al premio Nobel, creen que en la
ducha de Majdanek fueron asesinados 360.000 judíos con
bolitas de Zyklon B presionadas a través de las rosetas de
las duchas, tras lo cual las bolitas se convertían en un
abrir y cerrar de ojos en un gas que, siendo
específicamente más liviano que el aire, descendía
inmediatamente «reventando los pulmones» de los
desdichados (Prof. Kogon). Creen que el Dr. Josef Mengele
envió personalmente a 400.000 judíos al gas mientras
silbaba melodías de Mozart. Creen que el ucraniano lván
Demjanjuk arreó a golpes a 800.000 judíos, a quienes les
había cortado las orejas previamente, a la cámara de gas
de Treblinka, donde fueron asfixiados con los gases de
combustión del motor diesel de un tanque soviético
destartalado. Creen que en un metro cuadrado de la
cámara de gas de Belzec cabfan 32 personas. Creen que
los comandos especiales de Auschwitz irrumpían en una
cámara saturada de gas cianhidrico, apenas media hora
después del gaseo de 2.000 personas, sin máscaras
antigás, pero eso sí, con cigarrillos encendidos sin sufrir
daños. Creen que es posible perpetrar asesinatos en masa
con un gas explosivo en la inmediata vecindad de un
crematorio, sin que vuele por los aires el edificio en el cual
sucede semejante acto, que es posible cremar a millones
de cadáveres sin que quede siquiera una libra de cenizas,
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