History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 265
Cuentan que en una ocasión el Sol se apareció al Inca Yupanqui para anunciar
futuras victorias militares y recordarle sus obligaciones como hijo suyo. Mientras el
Inca hacía un alto en el camino junto a la fuente de Sucurpugaio, un cristal cayó al
agua. Al mirar en su interior vio a un indio tras cuya cabeza brillaban tres rayos de
sol, que iba vestido con los ropajes reales, llevaba enroscadas en sus brazos dos
serpientes y se acompañaba por dos pumas. Yupanqui se asustó con su visión, pero
la imagen lo tranquilizó diciéndole que era su padre el Sol.
Después le anunció que conquistaría muchas naciones, pero que nunca debía
olvidarse de reverenciarle dedicándole las ofrendas adecuadas. Tras decir esto
desapareció, dejando al Inca el cristal, en el cual pudo ver desde entonces todo
aquello que deseó.
Según esta leyenda, Yupanqui ordenó construir una estatua del Sol que lo
presentase tal y como él lo había visto. Sin embargo, la representación habitual
consistía en un disco dorado con un rostro inscrito y rodeado por rayos solares y
llamas. Así aparecía, por ejemplo en el santuario principal del Templo del Sol o
Coricancha, templo más importante de Cuzco y auténtico centro religioso del
imperio.
En el Coricancha, cuyos muros exteriores
medían más de cuatrocientos metros, vivía
el Gran Sacerdote del Sol o Vilca-Oma,
quien dirigía toda la vida religiosa del
imperio y era habitualmente tío o hermano
del emperador.
Otros de los recintos internos servían de
vivienda a parte del personal del templo,
que podía llegar a estar compuesto por
centenares de personas.
Existía también un grupo de mujeres, las
Vírgenes del Sol o Acllas (“elegidas”),
consagradas al Sol y al servicio del Inca.
Unos
funcionarios
especiales
las
seleccionaban entre las niñas menores de 8
años según su linaje y su belleza. Desde entonces residían en unos conventos, los
Aclla Huasi (“casa de las elegidas”), bajo el gobierno de unas mujeres mayores
denominadas Mama Cunas. Tejían toda la ropa que el Inca y su mujer vestían, y
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