History, Wonder Tales, Fairy Tales, Myths and Legends Principales Leyendas, Mitos y Cuentos Chilenos | Page 207

les perforaba las orejas y no sólo recibían el nombre, sino también los atributos espirituales del donante. Así, los antepasados quedaban encarnados en la personalidad de sus descendientes. Los mapuches tenían una actuación religiosa permanente, por ello otorgan importancia al respeto y al agradecimiento. No existe un mapuche verdadero que no sea respetuoso, que exija respeto y que no sea agradecido. El mapuche da lo que puede y no espera agradecimiento. La salud está relacionada con la religión; los deportes son competencias físicas con componentes religiosos (palín, donde las mujeres hacen fuerza mental mientras los hombres hacen la fuerza física); la guerra donde antes de la batalla las machi elevaban plegarias y pedían consejos a los antepasados guerreros; los funerales son ceremonias de gran religiosidad. En resumen, todo, absolutamente todo en la vida del mapuche es una continua oración y relación con el creador y los espíritus que acompañan a su creación. Por la semejanza de un espíritu superior y la falta de imágenes, fue fácil a los misioneros católicos y protestantes evangelizar al pueblo mapuche que aceptó una religión que parecía contener principios similares. Nguillatun En las comunidades agrícolas el Nguillatun se realiza en época de cosechas durante la Luna llena, cuando los dioses dan fertilidad a los campos. La ceremonia dura cuatro días. Para su realización se elige un campo llano en el que se traza un espacio ritual en forma de "U" abierta hacia el Este (punto cardinal sagrado). Las diferencias y fragmentaciones presentes en la sociedad mapuche, son superadas a partir del rito. Es el rito el que convoca y une al mapuche. Con los ritos se recrea y revive el admapu. Los nguillatunes congregan a personas pertenecientes a varias comunidades, de distintos lugares, a veces muy distantes, en torno a una rogativa dirigida a las divinidades y a los antepasados con el fin de obtener sus favores y protección, y también para agradecer los bienes recibidos. Se trata de un rito de organización compleja y jerarquizada. Hay una dimensión central en el rito, la violencia, que se ejerce sobre una víctima sacrificial, usualmente un cordero, en reemplazo de la verdadera víctima, el hombre o la mujer. 207