Historias de vida ZIKA Soledad | страница 5

busquemos otra cosa qué hacer, toda la vida vamos a estar aquí trabajando en una casa de familia, yo sé que no es un trabajo por el que voy a sen�r vergüenza pero no le veo futuro, se van a pasar los años y aquí me�da…, entraste tú, seguí yo, después siguen mis hijos, después los hijos de mis hijos, y así sucesivamente, no!!!”. Deciden entonces emprender un pequeño negocio de comida, aprendieron a hacer pasteles, hayacas, sopas, sacaban a la calle la olla y vendían, con estos recursos adicionales fueron sorteando sus afujías económicas, pero su hermana sólo logró llegar hasta el cuarto semestre, no fue posible conseguir préstamos bancarios porque el colegio donde estudiaron no aparece en la resolución educa�va, tuvieron que enfrentar la realidad: habían sido graduadas en un colegio fantasma, y con ello la esperanza de la familia de contar con una profesional de la medicina que se especializara en “esa que sacan los bebés” se esfumaron. Como es comprensible este nuevo tropiezo las afectó profundamente: “Cuando nos salió que no podía seguir estudiando, ella se bloqueó horrible…, no quería saber nada del estudio, le decía a mí mamá, parece que estuviéramos malditas, Ana no pasó la Policía, yo no he seguido estudiando, ¿qué más malo nos puede pasar?” Ana trató de mantener su esperanza arriba, la animó a buscar otra profesión, estudió en SENA Atención a la Primera Infancia y luego empezó a trabajar. Entre tanto Ana fue empleada en otra casa de familia, labor que alternaba con su negocio de sopas y pasteles, donde conoció al que ha sido su mejor amigo en la vida, solo a él le pudo abrir el corazón y contarle sobre su violación: “Se convir�ó en un apoyo para mí, pero nunca tuvimos nada, ni él nunca me propuso vamos a tener algo, nada...”, también fue una especie de socio, pues le ayudó a comercializar sus pasteles en la Universidad donde estudiaba, empezando con veinte pasteles, llegaron a ciento veinte diarios, con esos recursos alcanzaban a pagar arriendo, servicios y otros gastos: “Se volvió un amigo muy grande.., nunca lo vi con amor, con deseo…, lo vi siempre como un amigo, como una persona que llegó pues para ayudarnos…, él llegó un día a mi casa y se enamora de mi hermana y viceversa”.