Historias de vida ZIKA Soledad | Page 12

VIVIR que viene con malformaciones y hay que prac�carle la cesárea enseguida”; realizan el procedimiento y Mariana como había decidido llamarla, nace: “Todo el mundo así a la expecta�va, yo escuché…, es hermosa, cuando yo escuché es hermosa, me desmayé, no supe más nada..., cuando desperté, ya en la habitación y le digo a mi mamá, ¿la bebé?, me dice le dio un paro respiratorio…, me dice me tocó firmar para que se la llevaran para UCI a entubarla, la van a trasladar porque aquí no la pueden tener, pero es hermosa, está completa, no �ene nada… yo dije… Señor gracias, yo Dios mío gracias, porque mi hija pues está bien, si yo hubiese come�do la brutalidad de que me la hubiesen sacado, me hubiese arrepen�do toda mi vida, reciente firmamos se la llevaron para la UCI…, la entubaron, le pusieron ocho tubos para que respirara”. A los 42 días en la unidad de cuidados neonatales, Ana es requerida para que fuera a buscar a su hija, le dijeron: “Ven a buscarla porque es una bebé que no quiere comer, no quiere vivir…, el médico hizo una junta y es mejor que muera con�go; ella fue y la llevó a casa, intentó es�mularla para que comiera y la pegó en el seno y la bebé empezó a succionar: “Duró pegada 45 minutos en los dos senos”; Mariana empezó a evolucionar. Decide entonces buscar al padre de la niña para pedirle apoyo y el solo respondió: “Esa niña no es mía…, esa es de otro man de la bomba”. Cuando Mariana cumple tres meses, la madre advierte que no sos�ene la cabeza y no se volteante ante la preocupación consulta a un pediatra quien inicia una serie de estudios que arrojan como resultado que la niña nació con holoprosencefalia, un diagnós�co que seguramente no significó nada para Ana, pero que vuelve a traer el fantasma del Zika a su vida.