ELLA
SIMPLEMENTE
QUEDÓ EN
SHOCK
Ella simplemente quedó en shock, de su boca
no pudo salir palabra, cuando logró volver a la
realidad solo dijo: “Usted me está diciendo que
le firme este papel para que maten a mi hijo,
eso es lo que usted me está queriendo decir,
me dice no lo tomes así, date cuenta, es un
bebé que viene a sufrir al mundo, que
probablemente no viva, que probablemente
se muera al nacer, no le des la oportunidad de
que pase eso, simplemente déjalo ir”. Ella solo
lloraba, más tarde el Perinatólogo la aborda, le
explica que el resultado de su gestación
pudo ser por efecto del Zika que padeció y le
confirma que: “En su caso se puede prac�car
el fe�cidio porque está dentro de la Ley, pero
como ya �ene siete meses es un riesgo muy
grande, tú verás si lo coges o no”; y el médico
le explica en detalle extremo el procedimiento.
La decisión de Ana frente al procedimiento se
mantuvo en permanente ambivalencia:
“El médico me dijo lo que había que hacer, yo
para dentro de mí dije, sería lo mejor, porque
uno no puede traer hijos al mundo a sufrir”.
No se en�ende la razón por la cual Ana fue
requerida por el cuerpo médico a escribirle
una carta al Ministerio de Salud donde pedía
permiso para prac�carse un “fe�cidio”
explicando: “Tuve Zika de tres meses de
gestación, me estoy enterando que estoy
embarazada, voy para siete meses…, y la niña
viene muy mal…, y los médicos me han dicho
pues que si la niña nace se muere, entonces yo
quiero prac�carme el fe�cidio…, entonces yo
les pido que escuchen lo que yo les estoy
mandando por este medio y que me aprueben
el aborto”. Según ella el Perinatólogo le
informó que esa carta iría acompañada de su
reporte, para que la complejidad del caso se
entendiera, más cuando Ana se enteró
tardíamente y con múl�ples pruebas nega�vas
de embarazo prac�cadas, que estaba
embarazada y que el feto tenía las
consecuencias del Zika y también le dijo:
“Tu caso es más complejo, tu caso es el más
interesante, porque…, el mismo virus,
las mismas larvas hacían de que tus exámenes
salieran nega�vos. Entonces, tu caso es como
más complejo…, más estudiable, entonces
de igual forma, tú me firmas esto, me pones
tu número de cédula y nosotros mandamos una
copia”. Cuando Ana terminó de redactar su
carta y se la estaba entregando a la Psicóloga,
su madre se la arrebata de las manos
y la rompe en pedazos, pese a que el médico
advierte que estaba obrando mal porque Ana
era mayor de edad y podía decidir qué hacer
con su bebé y consideraba que lo estaba
haciendo a conciencia, pues sabía que ese
“bebé va a venir a sufrir al mundo, quizás no
se muera cuando nazca, pero va a vivir muy
complicado, le van a dar paros, entonces, yo
como papá diría que mejor sacaran ese bebé
ahora, para que la niña no nazca y sufra, la
mamá, no tenía ningún derecho a romperla”.
La madre de Ana solo respondió: “Que ella era
muy creyente y Dios no es un Dios de abortos,
de matar vidas, yo dije, pero es mi decisión y yo
soy la mamá, y me dijo, mientras yo esté aquí
tú no vas a hacer nada”. Ana vuelve y le
reclama: “Tú estás siendo consciente que esto
es para toda la vida, esto es traer un hijo
al mundo a sufrir, es a verlo mal, es a verlo
me�do en una sala, me dijo no importa, Dios
le da pruebas a uno, que uno puede superar”;
finalmente Ana sucumbe ante el poder de la
madre y decidió no aceptar. La dejan hospitalizada
para terminar el embarazo y a los ocho meses
inicia trabajo de parto, con fuertes
contracciones, sensación que jamás había
sen�do, ella ya estaba catalogada como:
“LA NIÑA
DEL ZIKA,