D ECI
SIÓN
Pasaron un par de meses, tuvo problemas con
su novio a causa de los celos y le dijo: “Mejor
dejemos la relación hasta aquí porque no puedo
seguir con tus celos absurdos, tú me conociste
aquí en la bomba, tú supiste cómo era yo, yo
no soy coqueta, yo te he respetado, pero tus
celos me enferman, yo necesito que tú cambies,
o esta relación hasta aquí llega, me dijo yo no
voy a cambiar, yo le dije hasta aquí llegué”.
Y a contaban cerca de dos años de relación,
siguió trabajando en la estación de gasolina unos
días más y por recorte de personal, fue despedida
cuando ya contaba cinco meses de embarazo,
aun sin saberlo y allí tampoco lo descubrieron
porque no le hicieron el examen de re�ro.
Aprovechó la vacancia para mudarse
al apartamento, que habían conseguido con
la hermana, tuvo que subir elementos pesado
hasta un quinto piso y ni este esfuerzo �sico
la hizo adver�r de su embarazo: “Subí nevera,
lavadora, estufa, y ni con eso…, la sen� que se
movió en mi barriga, nunca la sen�, el yo decirle
sen� una sensación de un antojo, vómito por
algo, le cogí asco a una colonia es men�ra,
eso yo nunca lo sen�”. Estando en su nueva
casa, percibió un sangrado que describe “feo”
por su color y es llevada al servicio de salud,
donde nuevamente estudian la posibilidad de
un embarazo y le prac�can su tercera prueba,
la cual con�núa nega�va y un nivel de anemia
que alerta a los médicos, la tuvieron hospitalizada
dos días y le dieron de alta. Para la época que
cumplía su sép�mo mes de gestación,
reincidieron los síntomas que la llevaron
a una apendicetomía en la primera, situación
que le produjo enorme escep�cismo, dado que
ya no tenía apéndice, soportó estoicamente este
dolor por una semana, hasta que su intensidad
la obligó otra vez a buscar el servicio de salud,
donde la pregunta de rigor frente a la posibilidad
de un embarazo se repite; ante la negación
contundente de Ana se toma la cuarta prueba de
embarazo, que igual es nega�va y prac�can una
ecogra�a, que finalmente revela la gestación de
UNA NIÑA DE
SIETE MESES.