a veces me aflige, me pongo triste, porque
yo quisiera que él y mi mamá estuvieran
juntos…, pero mi papá no cambia, todo
sigue igual”.
Como la casa quedaba lejos y la madre de
Yuranis �ene afectada su salud a causa de
una caída que comprome�ó su columna,
tuvieron que irse a vivir en arriendo a
Puerto Colombia, donde cursó sus estudios
secundarios, la mudanza a este lugar también
trajo consigo, cuando se encontraba en
noveno año, conocer a quien fuera su
primera relación afec�va, una pareja con la
que estuvo por cerca de tres años y de quien
quedó embarazada en el 2015 siendo
adolescente. Esto no impidió que se
graduara en este mismo año.
Cuando empezó su vida sexual, Yurani narra,
como requirió en su colegio que le
informaran sobre cómo no quedar
embarazada, encontrando una respuesta
abiertamente nega�va: “Yo varias veces
hablé con la Profesora, no, no, aquí no se
toca esos temas, no sé porque, hoy día no
los tocan”. Tratando de encontrar respuestas
se dirigió al hospital local, donde un
enfermero de turno, ante su requerimiento
que le ofreciera algo para “cuidarse”
simplemente le respondió que no era
necesario: “Tú no puedes, porque tú eres
muy joven”, ante las nega�vas, nunca más
volvió a buscar apoyo; sin embargo recuerda:
“Yo casi no tenía relaciones porque me daba
miedo y ese día quedé embarazada”. Trató
también de negociar con su pareja el uso de
preserva�vos, otra tarea infructuosa pues
este según Yurani era muy machista y
cuando le pedía que se cuidaran aducía “que
no, que eso no se sen�a igual”. Ella “como
no sabía” le dijo a su pareja que “está bien
LE SEGUÍA
TODOS
LOS PASOS”.
SOLO
CONTABA
UN MES DE
EMBARAZO
y cuando tuvo conciencia del hecho, ella era
muy puntual con su menstruación, al menor
atraso, acompañado de un malestar menor
como dolor de cabeza y vómito, se fue a
Olympus un laboratorio par�cular cercano
a realizarse una prueba, la cual leyeron
inmediatamente y le dieron la no�cia,
en verdad se sin�ó muy feliz, había
contemplado la maternidad pero después
de los 25 cuando hubiera estudiado,
trabajando bien y conseguido otros logros
en su vida, pero llegó temprano y estaba
dispuesta a asumirla con todo el amor,
reconociendo que esto cambiaba sus
planes. Como era de esperarse buscó
a su novio para hablar de la situación,
encontrando de inmediato un rechazo total
y manifestando que ese hijo no era suyo,
que lo “botara”, que no esperara nada
de él, pues no quería compromiso alguno
ni iba a responder por nada, insis�a que
abortara, insinuación a la que Yurani dijo
que no: “Yo a mi hijo no lo voy a botar,
como se te ocurre decir eso, lo saco adelante
solo y entonces ahí dijo no, no, no quiero
y se fue…, se abrió”.