Historias de vida ZIKA Puerto Colombia | Page 3

YURANI TENÍA TAN SOLO 7 AÑOS cuando sus padres se separaron a consecuencia de la violencia, en especial, �sica que perpetraba contra su madre, las constantes infidelidades, el cero aporte para el cuidado de los hijos y el consumo de alcohol, dice: “Yo ahí le cogí miedo a mi papá, y como estaba pequeña, entonces yo no quería estar con él, mi mamá se separó, porque un día cogió un cuchillo y quería matar a mi mamá”. Aunque no al es�lo tradicional, ella ha tenido una familia, pues sus ojos se iluminan cuando habla de su madre, una mujer luchadora que la dejaba, al igual que a su hermano mayor, al cuidado de su abuela, para trabajar como interna en el servicio domés�co de las familias ricas barranquilleras. Su infancia y adolescencia transcurrieron en el Morro, una zona rural, en extremo afectada por una de tantas olas invernales que han sacudido a Colombia, situación que incluso obligó a desplazar a sus habitantes para reubicarlos en unos terrenos con menor riesgo de desastre: “Mi casa se cayó, en los inviernos del 2013 y 2014, esos inviernos fueron fuertes…, eso fue muy duro, no quedó nada y entonces, nosotros somos damnificados del invierno, se nos cayó la casa y nos entregaron otra…, pero pequeñita, no se compara con aquella que era una casa grande y no fue regalada porque mi mamá tuvo que entregar las escrituras de la otra…” Todavía recuerda la Finca “La Pintosa” que cuidaba su papá y los coco, mango, naranja y todas las frutas que se cul�vaban allí. “Mi abuelita estuvo ahí en el crecimiento de nosotros… nos daba mucho amor, ella se fue con nosotros ahí… mi infancia fue bonita en cierta parte, pero cuando yo recuerdo a mi papá,