Historias de Campamento Historias de Campamento | Page 5

En el poema Invierno, que no deja de ser el más lluvioso, plantea: “Una madre y su hijo a esta hora/ Pueblan sus ojos de ríos/De puentes olvidados/De tripas crujientes esperando migajas”, como si la poesía no fuera una vivencia, a modo de regresión, el hablante no sólo sostiene la imagen gris de esta estación si no que inundan también de poesía junto a las lágrimas de sus personas, -que siguiendo el tópico, son pobladores-. El duelo es un poema de sangre, un diálogo de sable, a la usanza de los centros penitenciarios, un diálogo de internos, la otra realidad “Con ajo y cebolla/ Se arreglaron los punzones/ Coraza de suela y zapatilla / 10 de la mañana en la multicancha/ El pelao malo y el 100 pesos” una reyerta de pobla en un lenguaje lineal, sin mutación. Página4 Hay un aire de cierta convicción lárica en 15 cuadras corridas para un respiro hondo, “Un porrito a media tarde/Una chelita/Total, volverán los evangélicos a repetir lo mismo/ que se acaba el mundo y todo eso” aunque el poema arranca a tranco firme por las calles después de cometer cierto ilícito. Los evangélicos acá adornan el paisaje, pero no así las profecías aunque es el escritor quien vaticina su mu