Historia sobre la música clásica. Historia insolita de la musica clasica I - Alberto | Page 31

Historia insolita de la musica clasica I www.librosmaravillosos.com Alberto Zurron noche transfigurada con sólo veinticinco años no supiera tocar el instrumento rey (sólo tenía nociones de chelo), lo que resultaba tan humillante como desesperante, debiendo contratar a un amigo para abordar los ensayos de sus obras. El pequeño Wagner tampoco supo hacer pie en esas arenas movedizas. Con doce años recibió sus primeras clases de piano, pero su profesor ya avisó desalentado que con aquella anárquica e incorregible digitación nunca llegaría a nada. El mismo Wagner aceptó el fraude cuando muchos años después reconoció que su profesor tenía razón: «A lo largo de mi vida jamás aprendí a tocar bien el piano». Como tampoco a componer con dicho instrumento, añadimos nosotros, y así es como sus tres peculiares Sonatas para piano ya certifican esa defunción anticipada. A quien le salió bastante más caro el que sus padres le hubieran puesto a tocar desde pequeño una guitarra y no un piano fue Berlioz, ya que habiendo solicitado en 1833 (29 años) plaza de profesor en el Conservatorio de París le fue denegada porque su director y enemigo íntimo, Luigi Cherubini, defendió la incorrupta tradición de que el profesor de armonía supiera tocar el piano, requisito que Berlioz no cumplía. También Verdi se dedicó desde joven a componer óperas en lugar de a aprovisionar banalidades al teclado. Por fortuna le dijeron a tiempo que su camino no iba por las ochenta y ocho teclas, pero no se sabe si la humillación fue más crispada de viejo que de joven. Lo que sí sabemos gracias a él es que, en algunos casos, las conexiones sinápticas de un cerebro viejo no están regadas de sangre, sino de bilis. En junio de 1832 (19 años) Verdi no fue capaz de pasar el examen de ingreso en el Conservatorio de Milán con unos ejercicios de piano, de manera que cuando en 1898 el Gobierno italiano quiso poner su nombre al Conservatorio de esa ciudad él evacuó un texto escrito al ministro de Cultura: «¿Qué tengo que ver yo con el Conservatorio de Milán? En ese Conservatorio fui rechazado de joven, así que no quiero tener nada con él de viejo. Déjenme morir en paz. Amén». 31 Preparado por Patricio Barros