Historia sobre la música clásica. Historia insolita de la musica clasica I - Alberto | Page 30
Historia insolita de la musica clasica I
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Alberto Zurron
ella». Pero, en el fondo, al malo de Stravinski le consolaba que siempre
hubiera algún inepto por encima de él, y el corolario de la estupidez llevaba
nombre de leyenda: Nijinski. En sus Crónicas de mi vida cuenta cómo pocas
veces en su vida musical se había cruzado con alguien tan incompetente
como la gacela rusa. Por lo pronto «la ignorancia que mostraba ante las
nociones más elementales de la música era flagrante. El pobre chico no sabía
leer música ni
tocar
ningún instrumento.
Manifestaba sus
opiniones
musicales mediante frases banales o imitaciones de lo que oía a su
alrededor. Como no parecía albergar opiniones personales uno empezaba a
sospechar que no existían». Era comprensible toda esta irritación: la
primavera y Nijinski ya estaban consagrados; Stravinski, no. Tampoco llegó
a estarlo nunca Alban Berg, al menos como director, faceta en la que «era
una calamidad», sostenía directo Shostakovich, que lo vio dirigir en 1927 en
Leningrado el estreno de su Wozzeck: «Tan pronto como (Berg) comenzó a
mover los brazos la maravillosa orquesta del Teatro Mariinski se desintegró,
luchando cada miembro a su aire».
Otro caso incomprensible nos viene de la mano de ese elevado ejemplo de
joie de vivre que fue Arthur Rubinstein. Entre los muchos protectores de la
alta sociedad cosechados durante su larga estancia en Berlín figuraba Emma
Engelmann, esposa de un afamado fisiólogo, amiga en su día de Brahms,
quien le contó de éste cómo podía llegar a maltratar hasta límites
insospechados su propia música, y así es como «a veces, cuando no estaba
de buenas, tocaba de forma abominable, con montones de notas falsas,
aporreando y confundiendo pasajes enteros». Parece haber corroborado esa
ingrata versión el mismo Liszt, quien tenía a Brahms en una altísima estima
musical, pero en lo que atañía al plano interpretativo era «el peor pianista
que nunca he escuchado, y un director desparejo e imprevisible». Lo de Herr
Schönberg fue peor, pues no se trataba de que tocara irregularmente sus
propias obras, sino que se mostraba incapaz de interpretar una sola al piano.
Resulta sorprendente que quien había tenido talento para componer La
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Preparado por Patricio Barros