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opinión pública no puede ni debe satisfacerse con eso; y para que no tengamos
que deplorar muy pronto una desgracia inmensa, de esas que llora todo un
pueblo y se transmite de generación en generación, es necesario, es
indispensable se derribe todo, previa inspección facultativa, hasta los
cimientos; que no quede absolutamente nada, y de volverse a construir, que se
haga con mejores materiales y bajo mas entendida dirección, y eso que se
practique pronto; hoy, antes que mañana; porqué la vida de los ciudadanos
vale mas, muco mas que los intereses del Banco y de las Autoridades.
Es general el clamoreo que se oye en toda la ciudad, después del fracaso
ocurrido en el Mercado anteanoche.
La Alcaldía y el Ayuntamiento reciben por parte del público la mas acre de las
censuras que puede lanzar la indignación de un pueblo avergonzado de ver
esos complots repugnantes; esas tentativas contra sagrados intereses que se
están poniendo en juego; esa tolerancia en pugna con la ley, que cubre un sin
número de irregularidades y evidentes faltas; y esa conducta equilibrista,
acomodada a favor de determinada empresa y protectora de un concesionario,
que si pretendió explotar demasiado el negocio, construyendo obras falsas,
recibe hoy, señalados por los escombros y las ruinas, los espantosos anatemas
del ridículo.
A pasar de los ataques personales de dos meses antes, cuestionando
la capacidad profesional de nuestro Arquitecto, parece que toda la
responsabilidad de este desastre, viene a recaer exclusivamente en el Sr.
Bernardo Sacanella.
Esto, al menos, es lo que se desprende del anterior comentario, y así
debió suceder, cuando dicho Síndico, aprovechando su influencia, pudo
sustraer del Ayuntamiento los planos (15.3.1886) que podían
comprometerles por igual...
DIARIO DE TORTOSA - 6 de Febrero de 1886
Las conversaciones públicas en esta localidad, giran todas sobre el mismo
tema.
El Mercado en construcción sirve de pasto a los comentarios del público,
después de los contratiempos continuados que sufren las obras de la plaza
mencionada. Uno y otro día ha dado prueba la edificación de no levantarse
sobre bases sólidas: uno y otro día se ha venido abajo lienzos de pared, trozos
de fachada, pedazos de bóveda, etc. etc. Uno y otro día se ha agrietado el
edificio y se han apuntalado algunos extremos, temiéndose desplomes de
mayor consideración; y sin embargo, nuestras Autoridades, por tratarse sin
duda del Banco de Tortosa; por dirigir las obras el Arquitecto Municipal Sr.
Abril; por ser el Síndico del Ayuntamiento, el mismo Secretario del Banco de
Tortosa, D. Bernardo Sacanella; por todas estas consideraciones que se
hermanan con el complot, con el favoritismo, con en compadrazgo, con la
parcialidad, con la tolerancia, no han tomado ninguna providencia y han
permitido que se escarnezca la ley, que no se abra una sepultura al Mercado ,
para cubrirla fácilmente los jornaleros y las personas que por allí transitan; que
de este modo burdo se explote demasiado un negocio por una sociedad de
crédito protegida por la autoridad; que no se atienda a la solidez para nada, y
se olviden los conocimientos y prácticas mas rudimentarias en materia de
obras; que la Alcaldía, con su actitud impasible no cumpla los deberes de su
cargo dejando de llamarle la atención el estado ruinoso del mercado; y que se
tengan como cosa trivial y baladí, deberes muy dignos de ser mirados con
preferente interés; que a sabiendas del Alcalde, del Ayuntamiento y de un
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