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LOS DEBATES - 13 de Septiembre de 1891
El HOTELS DELS BURROS
Ayer vimos que en el establecimiento del Sr. Murall, entraron a comprar pan
unos forasteros, de los que se dedican a la recolección de aceitunas, y
mientras estaban en la compra, apareciese por allí un alguacil y desató la
caballería que estaba en el exterior y se la llevó al Hotel dels Burros.
Visto por el Sr. Murall, protestó de aquel acto, sin poder conseguir que se
devolviera la caballería a sus propietarios. Fueron entonces éstos a casa del
Sr. Alcalde D. Julio González a rogar su devolución, entregándoles una tarjeta
para D. Juan Abril, diciéndole que la entregase mediante pago.
La caballería fue entregada, pero, por los pocos momentos que estuvo allí
metida, les cobraron un real de multa y cinco céntimos por la estaca.
Esto es un serio obstáculo para los establecimientos comerciales de Tortosa,
para favorecer a todo un señor Arquitecto Municipal. ¿No tienen otra
obligación los empleados municipales que llevar burros al hotel?
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El Hotel dels Burros, en el Ensanche del Temple, propiedad del Arquitecto
Municipal y Diocesano Sr. Abril, comienza a dar las naturales consecuencias
que siempre presumimos. No basta el afán de saturarse de ilegalidades que
siente el caciquismo imperante; contra toda razón y justicia, se levantaron los
tabiques de ladrillo que forman el Hotel.
¿Ilegalidad? Sin duda se refiere a la denuncia formulada, que vemos
anteriormente en los Acuerdos Municipales de fecha 9 de mayo de 1887.
No basta convertir aquel sitio en un estercolero que apesta al vecindario. Era
necesario que el negocio se redondease con el auxilio de la Alcaldía y para
esto, nada mas cómodo que obligar a todas las caballerías y carros forasteros
que llegan a esta ciudad, hospedarse en tan incómodo establo.
Así se ha visto estos días al Sr. Abril, el Arquitecto Municipal y Diocesano,
andaba a la caza de carros, y así como asomaba uno por la carretera, se cogía
a las riendas y no las soltaba hasta tenerlo en su Hotel, ayudándole en esta
tarea el alguacil Fernando Fabregat.
Y no contentos aún con estas barrabasadas, el mismo D. Teodoro, amenazó a
los hosteleros del Temple y de la Baranda, con hacerles cerrar sus
establecimientos, para dar de esta suerte, mas negocio al Sr. Abril.
Pero el Sr. Abril, que se precia de cristiano ferviente, de católico sincero, que
todos sus actos están inspirados en la sana moral del Crucificado con que
adorna su despacho, no puede consentir que esos infelices se queden en la
calle, y se le ha ofrecido el Hotel dels burros, por el módico alquiler de ¡50
duros mensuales!
Al trote que marcha el caciquismo local por la pendiente des favoritismo y de la
ilegalidad, da mas que repugnancia, verdadero asco. Todo un señor Diputado a
Cortes metido a protector del Hotel dels burros.
Menos mordaz y mas natural la queja formulada por otro periódico,
censurando mas las irregularidades del Alcalde, que de su esbirro.
CORRESPONDENCIA DE TORTOSA - 18. 9. 1891
EL HOTEL DELS BURROS
Sigue el descontento general en la ciudad por el establecimiento del Hotel dels
burros, situado en la mejor y mas pública calle de Tortosa.
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