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Si se quería explotar esta cosa, debía haberlo hecho el Ayuntamiento en otro
lugar menos público, con una obra mas condicionada y no dejar la explotación
a beneficio de un particular, con el pleno apoyo de las Autoridades,
perjudicando otros intereses particulares, que no lo reciben.
LOS DEBATES - 28 de Agosto de 1892
UNA PLAZA EN... PROYECTO
El Arquitecto municipal de esta ciudad, es una personalidad muy especial única
en su clase y por lo mismo, digno de estudio. El famoso Hotel del los Burros,
con el haz aquel de paja colgado en la puerta, es una obra que, no solo ha de
perpetuar su memoria, si no que da la medida exacta de su utilitarismo y de sus
conocimientos estético-arquitectónicos.
Se refiere el comentarista a que D. Juan montó en unos solares que
adquirió frente al Parque del Temple, una cuadra, especie de posada, muy
frecuente en aquellos tiempos, contraviniendo ciertas ordenanzas
municipales...
Con un Arquitecto de este fuste, cuenta la Alcaldía para que la auxilie en sus
proyectos de reforma de nuestra ciudad y sin que sepamos de quien es la
culpa, vense no pocos edificios que amenazan ruina, otros que renuevan su
fachada sin acordarse nadie de mejorar las vías y otros que se sostienen el pié
por un milagro de equilibrio.
Pero en cambio, para compensar estas omisiones y deficiencias, lo primero
que se le ocurre al Sr. Abril al tomar posesión de su cargo, fue denunciar por
ruinosa la antigua casa Gras de la calle de Moncada, frente a la de los Sres.
González.
¿Cómo se explica esta severidad frente a la casa de nuestro Alcalde, y tanta y
tanto abandono y lenidad en las demás? ¿No hay acaso en cada calle edificios
más ruinosos que la fachada de la citada casa?
De esta forma, tenía que pagar al Sr. Alcalde, el favor de haberlo
readmitido como Arquitecto Municipal.
LOS DEBATES - 14 de Septiembre de 1893
INSTALACIÓN DE UNA GÚMENA
PARA LA BARCAZA PUESTA EN SERVICIO,
CON MOTIVO DEL INCENDIO DEL PUENTE DE BARCAS
No ignoro, mi buen amigo D. Juan, como no ignora nadie, que es Vd.
Arquitecto Municipal, rebajado de sueldo por sus íntimos amigos, y sostenido
por aquellos de quien es Vd. el mas mortal enemigo... Sé, como sabe todo el
mundo, que es Vd, una buena persona, incapaz de engañar a nadie, modelo en
fin de ciudadanos probos y honrados. Sé que es Vd. antes que todo, católico,
apostólico y romano, y esto, mas que nada, ha de crear a su alrededor cierta
atmósfera, cuya atracción es difícil de evitar, hasta por aquellos que sean mas
despreocupados; y en corroboración de lo dicho, sé que tiene Vd. en su
despacho un San Cristo de talla, cuya presencia intimida a los réprobos, pero,
en cambio, sirve de garantía de seguridad a los que, como Vd. tienen limpia la
conciencia.
Esto, en cuanto a la vida privada. En cuanto a las obras, producto de su
ingenio, sé (lo que no saben muchos) que es Vd. inventor de un curioso
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