Historia del Mercado de Tortosa LLIBRE+MERCAT+DE+TORTOSA+FINAL | Page 148

Por fin acude el Teniente de Alcalde D. Enrique Tremoleda, que en honor a la verdad es a quien mas le pesa el cargo, porqué le gustan las cosas serias y formales. Acuden también los Sres. Sacanella, González y Pastor. El Sr. Pastor, blanco como una cera, Bernardo, silencioso como un muerto. Pepito, nervioso. Tremoleda, sonriente y conciliador. Empieza la Sesión; y aquí fue Troya: de buenas a primeras, el Sr. Llatge protesta de que en la Casa de la Ciudad se pague el importe de llevar un baúl desde casa González a casa Piles. El importe eran dos reales. Un Teniente de Alcalde que no tenía dos reales. El Sr. Llatge, protesta también de que se pagara el viaje al Sr. D. José Cañé y Baulenas, que acompañaba el Sr. Piles a Madrid, dijo que el Sr. Cañé debía pagarse el viaje de su peculio particular, y que en tal caso, consideraba excesiva la cantidad de 1500 pesetas que se había sacado de caja para la comisión. Los Señores Isuar y Escardó protestaron de los acuerdos tomados en la sesión anterior, toda vez que no pudieron hacerlo en los momentos de la sesión por no haber asistido a ella, a causa de hallarse ausentes. Los Sres. Isuar y Escardó, manifestaron con energía, que daba lugar a sus protestas, la anómala conducta que veían seguía el Ayuntamiento de haber elevado respetuosa consulta a la Dirección General de Administración Local, para ver el modo y forma en que se había de recibir el Mercado, siendo así que se había fabricado de una manera radicalmente distinta, cambiando el proyecto y presupuesto, y ahora el Ayuntamiento sigue una conducta completamente contraria, no obstante que la citada Dirección General nada ha dicho ni puede decir que no sea conforme a la ley. El Sr. Isuar dijo que, como representante de los intereses de la población que era, estaba en ineludible deber de defenderlos sobre todo, en un asunto de tanta importancia, ya que en la resolución del mismo, está la vida o muerte de Tortosa. El Sr. Isuar hizo ver lo improcedente que había sido enviar al Arquitecto Municipal a cubicar el Mercado, contra cuyo dictamen protestaba, por que de admitirlo, se seguía el reconocimiento de una serie de equivocaciones que necesariamente han de sobrevenir. Todas estas consideraciones pusieron colérico a un concejal de la mayoría, permitiéndose expresiones inconvenientes, que dieron lugar a un fuerte altercado, entre el Sr. Isuar que defiende los intereses de Tortosa y el otro que defiende los del concesionario del Mercado. Como el alboroto de la sesión fue tan grande y los gritos tantos, todos los empleados de la casa se levantaron de sus respectivos sitios, para ir a escuchar en la misma puerta del Salón de sesiones. Bien por nuestros amigos Isuar y Escardó. Su puesto de honor es no cejar en la defensa de la verdad y de la justicia. Tengan presente que mas valen dos que diez, y que todo el vecindario les aplaude por su patriótica conducta, al tener que resistir tantos disgustos, tantas amenazas, atropellos y sinsabores. Al fin la verdad ha de resplandecer y veremos quienes son los buenos hijos de Tortosa, y quienes los malos. LOS DEBATES - 12 de Diciembre de 1888 ... ... De un lado, están la casa constructora, el Arquitecto municipal y "La Verdad", órgano de una fracción del partido conservador; del otro, el resto de Tortosa, toda Tortosa, ya que aquellos son solo contadas personalidades. De un lado, los que exigen, amparan y defienden una valoración arbitraria, absurda e ilegal; del otro, los que quieren ajustarse, estricta y legalmente a lo presupuestado. De un lado, los que entienden que los contratos son elásticos, - 148 -