Historia del Arte II NPE Historia del arte II | Page 89

PREPARATORIA oculto, tan sólo un homenaje a sus amigos con los que Picasso se identifica (el arlequín tiene los rasgos del propio Picasso). Las señoritas de Aviñón (1907, Museo de Arte Moderno de Nueya York (MOMA). A fines de 1906, Pablo Picasso abandonó los temas más sensibleros de sus épocas azul y rosa. Buscó entonces una justificación "ancestral", inspirándose en la pintura románica, tan abundante en Cataluña, y en la escultura ibérica. Hay que decir que ambas manifestaciones del remoto pasado artístico español le daban una coartada para ser un pintor moderno sin dejar de ser fiel a su origen nacional. Pero eso no basta para explicar la violencia innovadora de Las señoritas de Aviñón. Parece que el tema de la obra surgió como una especie de homenaje a Casagemas, un amigo de Picasso que se había suicidado por amor hacía unos años: en efecto, algunos bocetos preparatorios nos muestran a un joven, con una calavera en la mano, penetrando en una habitación donde había varias mujeres desnudas. Era un memento mori, una evocación de la muerte en el lugar del placer. Todas las implicaciones moralizantes desaparecieron en la obra final, donde hay solamente cinco mujeres en posturas insinuantes (se supone que estarían en un prostíbulo de la barcelonesa calle de Avinyó). El hipotético actor masculino es ahora el espectador. Como una especie de punto intermedio entre el interior y el exterior, en la parte más baja del cuadro, hay un frutero. Todo está violentamente geometrizado a base de triángulos, con agudos esquinamientos, y no es fácil determinar en todos los casos los límites entre el fondo y las figuras. Una cierta diferencia de estilo entre las dos 88