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PREPARATORIA
Posteriormente se remodeló la fachada oriental de la iglesia (Plaza de la
Quintana) construyendo un muro-pantalla, coronado por una hermosa
balaustrada, que oculta las capillas de la cabecera.
El deseo unificador y armonizador del conjunto lleva a repetir el mismo
remate (balaustrada con pináculos y bolas) sobre las cornisas de los dos
cuerpos de la girola y a rehacer el cimborrio de Juan de Alava
añadiéndole por el exterior un casquete de media naranja y una
balaustrada similar a las anteriores. Paralelamente se remodeló la
Puerta Santa (en su decoración se aprovecharon relieves procedentes
del coro pétreo del Maestro Mateo) y se construyó la Puerta de los
Abades, esta última de clara influencia herreriana.
Torre
del
reloj
de
la
Catedral
de
Santiago (Domingo de Andrade, finales
del S. XVII). Continuando con el plan de
embellecimiento de la Catedral por la
parte de la Quintana el cabildo encarga
al
arquitecto
gallego
Domingo
de
Andrade la remodelación de una antigua
torre gótica situada en el ángulo sureste
de la catedral, entre las plazas de
Platerías y la Quintana. Andrade la
realizó
entre
1667-80,
cuando
sólo
contaba con 30 años, siendo a pesar de
ello una obra de gran madurez.
Con 72 metros de altura se levanta sobre un cuerpo cuadrangular
preexistente al que Andrade añadió unas bandas verticales simulando
contrafuertes que llegan hasta el entablamento que añadió para
sostener la cornisa y balaustrada, donde se inicia el siguiente cuerpo
que va a construir.
En torno al primer cuerpo una balaustrada que en los cuatro ángulos
abraza unos templetes circulares, cubiertos por un cupulín con
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