a los cauces de los ríos que producían la típica trilogía mediterránea de cereales, vid y olivo, además de frutales y hortalizas en zonas con posibilidad de riego. Los más representativos son del tipo villa, como la desaparecida de La Taiba, en las proximidades de Lobres, y un poco más al interior, la anteriormente comentada de la Lloma de Ceres, cerca de Molvízar. Asimismo, es muy posible la existencia de un asentamiento de este tipo en Motril, concretamente en la zona de la Avenida de Salobreña, donde, en la década de los ochenta, aparecieron los restos de una cisterna y algunos materiales constructivos a los que en su tiempo se les concedió escasa importancia. En el espacio periurbano de la antigua Sexi se desarrolla una gran concentración de uillae, concretamente en la ensenada del río Verde. Se han identificado un total de seis villas, la mayoría descubiertas por prospecciones superficiales o por tradición de los lugareños, y otros dos establecimientos que podrían ser clasificados potencialmente de la misma forma. De ellas, hay tres que contaban con columbarios o panteones familiares, de los que actualmente se conservan dos, los ya comentados de La Albina y de la Torre del Monje. Otros asentamientos menores serían el cerro del Vínculo, junto a Lobres, y el de Pataura( actual cortijada de Las Jareas), localizados respectivamente uno frente al otro en ambas orillas del Guadalfeo y quizá relacionados con el vadeo del río; y el que recientemente hemos documentado en la cabecera de la rambla de Cañizares- Escalate con diversos materiales cerámicos y de construcción. También responderían a una finalidad agropecuaria los yacimientos romanos de la vega de Órgiva: el de la parte baja del cerro del Castillejo y la necrópolis tardorromana de Pago o del cortijo de Ana que, con un total de veintisiete tumbas excavadas en la roca, estaría relacionada sin duda con algún poblado situado en sus inmediaciones 66.
2. Asentamientos asociados a actividades mineras( esencialmente extracción de plomo) que se localizarían en la vertiente sur de Sierra Lújar. Serían los casos de La Herrería, en los Tablones 67, y el del cortijo de la Reala, por encima de los llanos de Carchuna y muy próximo a la conocida Fuente del Moral 68. En ambos casos, además de fragmentos cerámicos diversos, se han hallado escorias de metal. Cercano a este último, el
asentamiento del cortijo del Cura, de cronología tardorromana y medieval, podría estar vinculado también a labores mineras. Igualmente en esta línea estaría el denominado Escalate 4, situado en la cabecera de la rambla de Cañizares-Escalate, donde en niveles superficiales han aparecido algunas escorias de fundición. Aunque no existen en la actualidad evidencias de labores mineras antiguas, la relación de Sierra Lújar con la extracción del plomo viene desde que Pascual Madoz, a mediados del siglo XIX, describe la existencia de « multitud de pozos antiguos, mereciendo entre estos una particular referencia la mina llamada de Bobelo( por la semejanza de nombre con el Bévelo de Aníbal) que se explotaba como otras muchas de la sierra en tiempo de los romanos …» 69. Estas observaciones de Madoz sobre la riqueza mineral de Sierra Lújar han sido toda una referencia para los historiadores posteriores de la zona, que, apenas sin contrastar, han dado por segura la existencia de labores mineras romanas en estas montañas. En estos momentos, lo verdaderamente documentado es que los yacimientos con escorias de fundición de mineral son muy escasos y relativamente alejados de la sierra; sólo se conoce una galería sujeta con entibaciones « de tipo romano » pero hecha en piedra, no en madera como era lo habitual, que es probablemente muy posterior a este periodo; no existen vestigios de extracciones romanas de mineral de plomo, ya que coincidirían en las
Posible trayecto de las vías romanas de la costa granadina basado en la localización de los asentamientos de población, en la morfología del terreno y en los escasos vestigios que nos han llegado.
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 99 05 / 01 / 2011, 10:23