En ella se han excavado alrededor de 170 tumbas, muchas de ellas saqueadas desde antiguo, que presentaron una gran diversidad de ritos y estructuras funerarias. La mayoría de los enterramientos se hizo con el ritual de inhumación, sustituido a partir del siglo III a. C. por el de incineración, conviviendo ambos ritos sin que se mezclaran en ninguna tumba.
El cadáver ataviado con sus joyas, posiblemente envuelto en una sábana o sudario, se depositaba en el fondo de la fosa excavada en la roca, a veces dentro de un ataúd de madera, colocando especialmente en las esquinas de dicha fosa el ajuar que debía acompañar en la otra vida a la persona allí sepultada. Formando parte de dichos ajuares funerarios, se han recuperado joyas de oro, plata y bronce( pendientes, cuentas de collar, anillos, fíbulas, espejos …), escarabeos, huevos de avestruz y cerámicas que en bastantes casos aparecían rotas( platos de engobe rojo, ánforas, jarras, jarritas, cuencos, quemaperfumes, lucernas, ungüentarios …), junto a materiales ibéricos( kalathos) y romanos( cerámicas campanienses y sigilatas).
La tipología de las tumbas es muy diversa. Ha descrito F. Molina Fajardo once tipos diferentes, ocho de inhumación y tres de incineración, que pueden resumirse en: fosas, la mayoría rectangulares y unas pocas circulares, excavadas en la roca, con escalones o sin ellos( grupos I-
VI de la clasificación de F. Molina); cámaras e hipogeos( tipos VII y VIII), alguno de ellos monumentales; enterramientos en urna( grupos IX y X), que enlazarán con las formas de deposición funeraria típicas del mundo romano como son los columbarios y las inhumaciones con cubiertas de tégulas; y por último, simples enterramientos depositados en el suelo( grupo
XI), limitándose a colocar las cenizas y el ajuar( si lo tiene) sobre hoyos existentes o tallados en la roca 32.
En cuanto a monumentos exteriores de las sepulturas, se hallaron en la zona C de la necrópolis dos esculturas de leones, una de ellas perdida, quizás relacionadas con las tumbas de cámara. El ejemplar conservado está realizado en arenisca, cubierto de yeso y con restos de pintura roja, y solamente se trabajó su parte delantera. Según M. Almagro Gorbea, pudo formar parte de la esquina de un monumento torriforme, que fecha entre los siglos VII-VI a. C. 33.
De la totalidad de la necrópolis de Puente de Noy, merecen mención especial dos tumbas que destacan sobre las restantes, ambas datadas en el siglo VII a. C., por tanto con una cronología similar a la de las famosas tumbas de Trayamar( costa de Vélez-Málaga). Perteneciente a la zona C de la necrópolis, la tumba cuatro consta de una cámara excavada en la roca que había sido revestida de sillares de piedra, a la que se accedía por un corredor escalonado. El enterramiento, orientado hacia el este, tenía un nicho en uno de los lados. Los materiales que aparecieron en la excavación estaban muy fragmentados como consecuencia de la expoliación de la tumba.
Pero es, sin duda, la tumba 1 de la zona E la más espectacular de todas. Es un pozo de 7,5 metros de profundidad excavado en la roca, al que se accedía por una escalinata adosada a las paredes. Abajo, en el lado norte, estaba la cámara con una entrada( jambas) de sillares de piedra caliza. La puerta de acceso se encontraba sellada igualmente con sillares de la misma piedra.
De arriba abajo:
Restos de estructuras superficiales de edificaciones. Yacimiento del Cortijo Andaluz, cabecera de la Rambla de Cañizares-Escalate.
Zona que ocupaba el santuario marítimo púnico-romano de la antigua isla del Peñón de Salobreña.
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 89 05 / 01 / 2011, 10:23