Cercana a las anteriores, en el mismo término municipal, se encuentra la sima de los Intentos, a la que en la actualidad se accede por un pozo pero que con toda probabilidad tuvo en época neolítica una entrada más practicable. En ella se hallaron fragmentos pertenecientes a dos vasijas globulares, algunas hachas y azuelas pulimentadas. En sus proximidades se encuentra la sima de la Higuerilla, donde el
GAEM( Grupo de Actividades Espeleológicas de Motril) también halló fragmentos cerámicos posiblemente neolíticos.
De pocos yacimientos granadinos se ha hablado y escrito tanto como del de la cueva de los Murciélagos( Albuñol). Se trata, sin duda, de un yacimiento emblemático por ser de los primeros en descubrirse, por los materiales aportados y por los rituales que en ella parece que tuvieron lugar.
Las noticias que tenemos de este yacimiento se las debemos a Manuel de Góngora, quien en 1868 publicó su libro Antigüedades prehistóricas de Andalucía, donde recoge la información y los materiales que pudo encontrar sobre el terreno y en la misma localidad de Albuñol. Aunque los años transcurridos desde 1857, que es cuando la cueva comienza a utilizarse para extraer mineral y cuando los mineros hallan los restos, hacen muy difícil su labor, logra recopilar toda una serie de materiales conservados de manera impresionante por las especiales condiciones medioambientales de la cueva y una información oral sobre el hallazgo que, pese a que algunos testimonios seguramente serían algo novelescos o tergiversados, son un hito de la arqueología granadina y andaluza.
De arriba abajo:
Localización de la entrada de la sima de los Intentos.
Vasija decorada con pequeñas incisiones, asas de cinta y mamelones( sima de los Intentos).
Vasija globular decorada con incisiones y asas de cinta
( sima de los Intentos).
Según nos cuenta don Manuel, los mineros encontraron más de sesenta restos humanos momificados. Doce de los cadáveres se disponían en semicírculo alrededor de un esqueleto de mujer vestido con una túnica de piel que portaba un collar de esparto del que colgaban caracoles marinos y un colmillo de jabalí.
Además, distribuidos por diferentes salas de la cueva encontraron más esqueletos; uno llevaba una diadema de oro en la cabeza y muchos otros iban vestidos con túnicas de esparto y tocados con gorros y sandalias de las que se conservan más de quince ejemplares completos del mismo material. Junto a los esqueletos había bolsitas o cestillos de esparto, mu-
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 66 05 / 01 / 2011, 10:22