lizado tras la caída de la ciudad malagueña en manos de las tropas rebeldes. Familias enteras huyen, presas del pánico, atacadas desde el cielo por aviones del ejército rebelde y, desde el mar, por algunos barcos que se acercaban tanto a la costa que podían ver las celebraciones de las tripulaciones cuando hacían blanco: una verdadera carnicería. El camino hasta Almería será un reguero de ropas, enseres y vehículos abandonados, junto a niños perdidos, ancianos debilitados y muertos, muchos muertos. En pocos días, ese prólogo de persecución llegará a Motril, que queda bajo dominio de las tropas rebeldes el 10 de febrero 52. Los antes perseguidos se convierten en perseguidores y viceversa. En este caso, la venganza va a ser más dura( si hay proporciones en la muerte de un ser humano), por el mayor número de personas que sufren las consecuencias. Y otra vez nos encontramos con que los perseguidos, encarcelados o asesinados, en muchos casos, nada tienen que ver con ideas o movimientos políticos o sindicales. Los que tenían por qué temer, o simplemente se contagiaron de ese pánico colectivo, habían huido.
El resto de la Guerra Civil, con un frente tan cercano, en las estribaciones de las sierras de Lújar y el Conjuro, no fue nada agradable: cañonazos, bombardeos y acciones de guerrilla por una y otra parte, que fueron haciendo crecer el número de muertos. Un ejemplo de ello fue el bombardeo que sufrió la fábrica de El Pilar( como punto estratégico de producción, militarizado), donde murieron hasta un total de quince personas( arrieros, peones, vigilantes, etcétera, sin relación ninguna con cuestiones militares). Hecho que también nos habla de la diversidad de procedencia de estos trabajadores: Albuñuelas, Trevélez, Dúrcal, Guájares, La Zubia. Sólo cuatro eran de Motril y un quinto de Torrenueva, del cortijo Morales. Ese padecimiento de la población motrileña tenía su reflejo en los bombardeos que sufrían localidades como Gualchos, Los Carlos, Castell de Ferro, La Mamola, La Rábita, por parte de los rebeldes, donde personas anónimas, casi en su totalidad civiles, caen muertas o heridas de diversa consideración.
La llegada de las tropas sublevadas hasta Motril, por supuesto, no iba a pasar desapercibida. Inmediatamente se eliminan las referencias al gobierno legalmente establecido, para acatar nuevos nombramientos y criterios de actuación más acordes con la tradición nacional-católica. Por supuesto, una parte importante de la población huyó, unos en dirección a Almería y otros a los pueblos próximos que se encontraban bajo el control de las tropas gubernamentales. También hubo detenciones, y juicios varios, donde se mezclaron las ansias de venganza con la justicia y donde la muerte, en un buen número de casos( algún día se sabrá un número aproximado), y la prisión en otros, supuso el inicio de un nuevo modelo social y político. Sirva como ejemplo el siguiente texto que se lee el 18 de julio de 1939 por los empresarios en la Fiesta de Exaltación del Trabajo:
La Fiesta de Exaltación del Trabajo que aquí nos reúne en estas horas de Victoria y de paz en España no es una fiesta de odios, en la que haya que agitarse con aire de motín, afanes e inquietudes de muchedumbres trabajadoras. No hay aquí bullicio ni tumulto, ni es precisa ninguna exhibición del poder o la holganza. Todo aquello pasó para siempre. Nos congregamos ahora, en la intimidad del hogar común donde trabajamos, para conocernos y para aprender a amarnos con alegría, fortaleciendo nuestra unidad.
Nuestra fiesta coincide con aquella fecha venturosa en que el invicto Caudillo hizo brillar para la historia, con los arreboles de la sangre derramada, el amanecer de una vida nueva cuyo nervio es el espíritu del trabajo definido en el Fuero, no como mercancía vil sino como atributo de honor y de jerarquía, que crea en quien lo ejerce el orgullo de una responsabilidad y que se nos exige a todos como un servicio a la Patria, por lo que hay que prestarlo con el máximo rendimiento y con verdadero espíritu de milicia.
Este concepto del trabajo informa el contenido de la auténtica Revolución Nacional y es sustancia del Nuevo Estado Español, que acepta como norma sagrada, para anular radicalmente la lucha de clases, la imposición rigurosa de la justicia social. Una justicia social que no se extiende tan solo a mejorar los salarios, exigiendo que sean suficientes para que el trabajador y su familia satisfagan con decoro y con holgura las necesidades vitales de su sustento y de su vivienda saludable, sino que permita a las clases humildes el acceso a un nivel más justo, satisfaciendo también las necesidades del espíritu con la cultura y la educación y proporcionándoles la alegría de su descanso y de su recreo con el bienestar que corresponde a los que trabajan sirviendo a España. Por eso Nuestro Estado autoritario Nacional-Sindi-
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 202 05 / 01 / 2011, 10:24