Convento de los Padres Agustinos, como quedó tras su destrucción en la Guerra Civil( Archivo del autor).
Sin embargo, la verdad es que cada año se suscitan las mismas controversias y presiones empresariales que se sufrían el año anterior, sin encontrar mayor solución o apoyo que aquellas acciones sociales de atención a los necesitados: espectáculos teatrales o taurinos a beneficio del hospital de Santa Ana o la Cruz Roja, actos públicos a favor de las congregaciones religiosas, reparto de juguetes a los niños pobres, etcétera. Pero ninguna solución que cubra sus necesidades primarias y la atención de las mismas en cuanto a alimentación, sanidad, vivienda o vestuario.
Pero, a pesar de ello, algo ha cambiado en ese Motril de los años treinta del siglo XX: los grupos sociales se comienzan a organizar bajo el amparo de distintos partidos políticos y sindicatos, y se producen diversas acciones y enfrentamientos que darán lugar a la organización de huelgas como medida de presión sobre el sector empresarial, que, a su vez, también busca su propia agrupación, más allá del famoso trust de la Sociedad General Azucarera.
Vamos a encontrar toda una serie de nomenclaturas que muchas veces encierran más el respaldo a intereses particulares y localistas que la búsqueda de soluciones, siendo un continuo vaivén de nombres, dirigentes y militantes: Democracia Rural Republicana, Comisión de Obreros en Paro, Unión de Derechas, Partido Socialista Obrero Español, Partido Agrario, Acción Popular, etcétera. En este clima de luchas enconadas, de odios, más o menos ocultos, nace, en
1930, el periódico El Faro, fundado por Antonio Alonso Terrón y que nos va a servir de testigo, a veces providencial, de nuestra historia.
La actividad política y los enfrentamientos entre facciones de ideologías contrapuestas eran algo que se había asociado en esta ciudad, como en tantas otras de la geografía española, desde hacía más de medio siglo. Dirigentes políticos, sindicales, concejales, empresarios, obreros, incluso alcaldes, sobre la base de una frágil y forzada convivencia, ponían de su parte, cuando no eran protagonistas directos, para que esa violencia se manifestase( tiros, riñas, agresiones físicas y asesinatos). Era raro el período del año en que no había incidentes, que se multiplicaban con la llegada de las fechas electorales donde, una vez más, tenemos que observar
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 200 05 / 01 / 2011, 10:24