blico de una serie de actividades relacionadas con la beneficencia y la cultura. Metas o actividades que les quedan reservadas a esas mujeres de cierto nivel social que no pueden entrar en el círculo de las actividades comerciales y, mucho menos, en el mal visto hecho de realizar trabajos manuales remunerados.
Pero en la anquilosada dinámica de esta sociedad lo que da una nueva perspectiva económica y social al entorno motrileño son las instalaciones del puerto, que se inician en 1908, aunque se prolongarán por espacio de casi veinte años. En primer lugar, no debemos olvidar que su construcción absorbe buena parte del paro existente y, además, supone la constitución de un nuevo espacio de tráfico y movimiento comercial que apuesta por ser el referente de la ciudad y de este entorno costero a lo largo del siglo XX. Paralelamente es el final de una larga polémica entre las calas de El Varadero y Calahonda por ostentar la denominación de puerto de Motril, algo que ha durado casi dos largos siglos de disputas. A esta nueva perspectiva comercial y teniendo en cuenta las deficiencias de las comunicaciones terrestres, se añade un nuevo elemento a este impulso en su desarrollo: la construcción del cable aéreo, que se inaugura en 1927, y que se extiende entre Dúrcal y Motril. Realmente es la única alternativa a la falta de ferrocarril y al irregular trazado de las carreteras existentes( por no hablar de su total abandono). No olvidemos que, desde casi mediados del siglo XIX, con el último trazado viario que se realiza, no ha existido una apuesta institucional por la mejora de las mismas, a pesar de que, ya entonces, se hablaba de las deficiencias que se observaban y necesidades que no se cubrían.
De la República a la postguerra
Porque no olvidemos la realidad de ese Motril de los años treinta, que recibe con júbilo y manifestaciones— como cada vez que se atisba una posibilidad de mejora— esa nueva forma de gobierno bajo la denominación de República. Observa( como en buena parte del territorio español) un notable grado de enfrentamiento social debido a las necesidades primarias no cubiertas en buena parte de su vecindario. No debemos pasar por alto que más de la mitad de la población activa se encuentra en paro.
Habitualmente, las demandas de los munícipes hacia las autoridades provinciales buscan, sobre todo, adelantar los trabajos comunitarios que pueden ser un alivio para tal situación, al menos hasta la época de la monda, que incluso, en ocasiones, tiene que anticiparse, ante la ausencia de esas soluciones temporales por parte de la autoridad competente. Y es que, la verdad, se observa cómo, en los últimos treinta o cincuenta años( desde el fulgurante éxito de las fábricas azucareras de finales del siglo XIX), un halo de dejadez ha cubierto a la sociedad motrileña, que no aprovechó esa bonanza económica para establecer ciertas soluciones socioeconómicas que afectaban a su población más desfavorecida 50.
Por eso, el cuadro socioeconómico que hemos presentado unas páginas atrás, donde se destacan las tremendas diferencias entre unos estratos sociales y otros, no hace más que convertirse en un factor determinante de la violencia que se irá generando con el paso de los años, de la que ya hemos comentado algunos de sus resultados. Cada año que pasa las soluciones a las demandas de los trabajadores del campo, bastante más de la mitad de la población que sufre el paro estacional generado por los procesos productivos de la caña de azúcar, siguen siendo las mismas: resolución de los conflictos sociolaborales y la desaparición de la hambruna estacional( jornada de ocho horas, mejoras salariales, pagos de horas extraordinarias, etcétera).
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 199 05 / 01 / 2011, 10:24