Historia de Motril | Page 185

la actual calle Cuevas y la plaza de la Aurora) no era suficiente. Para conseguir personal en el ejército, lo habitual era reclamar la presencia de todos los jóvenes varones y realizar el alistamiento, que se solía hacer a partir del « sorteo de quintos », reunidos de todo el partido judicial de Motril. Aunque en los primeros años, cuando se trataba de buscar tripulantes para encuadrarlos en las filas de la Marina, todavía se echaba mano de la leva, entre personas de escasa o nula reputación social, o entre delincuentes.
A pesar de todo, esas revoluciones no solían pasar de simples proclamas que, según el equipo de gobierno municipal, tenían más o menos publicidad. Todavía quedan ejemplos de las mismas entre los documentos del Archivo Municipal que nos recuerdan las situaciones que se vivían a nivel nacional. Entre ellas, quizás por lo llamativo de la cuestión, aparece un Comité de Salud Pública, en aquel año de 1873, con la Revolución Cantoral, en la que se pretende buscar la independencia del Cantón de Motril. Algo efímero, por supuesto. Y es que nos encontramos con la misma situación que, como hemos visto con anterioridad, se viene arrastrando en la historia motrileña a lo largo de los siglos: una clase dirigente, dominante, que posee la propiedad de la tierra y que controla con su demanda de mano de obra a un importante número de vecinos que carecen de casi todo y sólo cuentan con su capacidad para trabajar.
Como ya vimos al comenzar este capítulo, las crisis agrarias recaían sobre el conjunto de la sociedad, aunque especialmente sobre las clases menos favorecidas. Pero a lo largo del siglo
XIX este hecho se hará más patente al ir concentrándose la propiedad de la tierra en un grupo de propietarios cada vez más reducido que, en la mayoría de los casos, coincidían en la propiedad de los instrumentos que transformaban o comercializaban sus frutos: las fábricas, los telares, los barcos, tiendas, casas, etcétera.
Realmente poseían la propiedad y, paralelamente, la capacidad económica para respaldar sus acciones. Por eso, serán los primeros que vayan asumiendo, como siglos anteriores, los cargos que se ostentaban en el Cabildo de la ciudad motrileña. Estamos hablando de alcaldes y cargos concejiles que eran los responsables del funcionamiento del engranaje municipal. Muchas veces, las realidades del día a día hacían que ese respaldo se cumpliese con sus bienes, dinerarios o en propiedades. Pero también es cierto que, poco a poco( algunos sin disimulo), fueron buscando nombramien-
De izquierda a derecha:
Bando del alcalde interino sobre su nombramiento e irregularidades( Archivo Municipal de Motril, leg. 40, pza. 8).
Retrato de Ricardo Chacón, diputado por Motril en 1869( Archivo del autor).
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