De arriba abajo:
Juramento en Motril a José Napoleón el 20 de febrero de
1810( Archivo Municipal de Motril, leg. 31, pza. 5).
Suministros que se entregan al ejército francés( 1811)
( Archivo Municipal de Motril, leg. 31, pza. 8).
tantes de compradores que, procedentes del entorno catalán, vengan a obtener sus beneficios por la compra en origen del producto. Buena parte de ellos se instalaron en lo que hoy conocemos como calle Catalanes( cuyo nombre era Martínez Campos), en viviendas que permitían este trabajo( que han desaparecido), y que se encontraban junto a los principales accesos de la ciudad( Puerta Granada, Puerta de Castell de Ferro, Postigo de Beas) y a la calle o camino real, única vía de comunicación que se encontraba en, al menos, regulares condiciones.
Lo que sí debemos tener claro es que estamos ante una sociedad anclada, prácticamente, en el medievo.( Algo similar ocurría en toda España). El control de la producción artesana estaba en manos de los gremios, siendo habitual las quejas y denuncias hacia los que realizaban cualquier tipo de producción al margen de su control. No hablemos ya, si encima existía una alteración de las normas aplicadas por dicho gremio sobre, por ejemplo, elaborar el calzado. La persecución y denuncia eran inmediatas 18. Sin embargo, estas situaciones, quizás, habría que entenderlas como una forma de control, que la propia sociedad del momento establece, ya que las instituciones públicas cuentan con escasos medios para dicho control. Circunstancia que vemos en las reiteradas visitas a los establecimientos para comprobar si se respetan las normas y cánones de pesos y medidas … que habitualmente termina con algunas denuncias por alteración de las mismas 19.
Por otra parte, los cabildos eran, aún hoy lo siguen siendo, el contacto más directo entre la estructura del Estado y la ciudadanía. Hacia él se volcaban todas las demandas y, desde el mismo, procedían también todas las presiones sobre el vecindario( impuestos, alojamiento de tropas, gastos extraordinarios, control de las mercancías, sanidad, pósito, etcétera) La solución, casi siempre, venía a ser la misma: Mientras había dinero en las arcas municipales, procedente de los impuestos al consumo, en su mayor parte, se iban acometiendo los gastos de reparaciones, obras, etcétera. En el momento en que se terminaba, había que recurrir a anticipos que facilitaban los personajes más pudientes de la sociedad motrileña. En ocasiones, eran los propios miembros del concejo, aunque otras veces se echaba mano de fortunas personales ajenas. Esto nos da una idea de quiénes eran los que mandaban en el ámbito municipal, de una manera u otra.
Pero quizás los problemas más graves y el período que supuso una mayor depresión de esta sociedad fue, sin duda, el que corresponde a la Guerra de la Independencia. La presencia de las tropas francesas influyó seriamente en la economía de estas tierras. Ese conflicto ar-
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 176 05 / 01 / 2011, 10:24