El acceso al castillo de Carchuna se hace por su lado norte, la fachada contraria a la línea de costa, por la que se realizaría el posible ataque pirático.
LAS COMUNICACIONES
Calificar la situación de los caminos andaluces en el siglo XVIII como lamentable sería seguramente demasiado suave. La creación de la Junta de Caminos del Reino de Granada supondrá un nuevo intento, también frustrado, por parte de las autoridades ilustradas de remover uno de los principales obstáculos a la producción, aunque se van dando unos mínimos pasos. En la primera mitad del siglo, el aislamiento de Granada con relación a la Costa y a las Alpujarras es casi total; en la segunda se abre una vía por el valle de Lecrín; a partir de aquí, poco o nada se hizo.
Por lo que respecta a los caminos litorales, las intervenciones son aún menores. Desde Casares a Adra, caminos intransitables incluso para animales suponen un problema de gran magnitud. Desde un punto de vista local, considerando que Motril es el centro comarcal, la evolución motrileña afectará de forma importante a la de la comarca. Casi todos los cronistas destacan la dificultad orográfica como obstáculo fundamental para la creación de unos caminos adecuados en la comarca; pocos recuerdan que el peligro pirático durante los siglos XVII y XVIII hizo recomendable, al menos desde la perspectiva de la monarquía, la ausencia de caminos transitables que pudieran permitir una rápida penetración desde la costa hacia el interior. La costa queda fuera de cualquiera de las rutas principales de comercio; ningún camino carretero cruza la comarca ni la comunica con ninguna otra parte hasta bien entrado el siglo XIX.
Los caminos que se adentran en esta comarca se basan en el uso de herradura; es decir, no son aptos para la utilización de carros o transporte similar. Las comunicaciones entre estos pueblos son igualmente acordes con la tipología del terreno, agreste y escarpado, por el que discurren innumerables corrientes de agua, casi siempre de manera irregular, lo que conlleva, salvo en escasos tramos cercanos a las localidades, trazados tortuosos e irregulares que presentan a veces un auténtico peligro para la integridad de personas y animales: «… viendo que los tres caminos Reales que salen de esta ciudad de Levante, Poniente y Mediodía eran los únicos para el tráfico de estas costas, y que no lo eran y sí propiamente trochas, veredas y despeñaderos …», afirma el vicario de Almuñécar en 1789, Antonio Gutiérrez Medina.
Lógicamente, la mala red de caminos afectará al desarrollo económico y comercial de la comarca. Al mismo tiempo mediatizará también en gran medida los recursos aportados para la alimentación de sus habitantes y que las posi-
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 160 05 / 01 / 2011, 10:23