De izquierda a derecha:
Recreación del ingenio de La Palma. Los rendimientos de los ingenios y trapiches generaban grandes fortunas( Museo preindustrial de la caña de azúcar, Motril).
La tecnología usual utilizaba molinos de dos cilindros horizontales, o tres verticales( Museo preindustrial de la caña de azúcar, Motril). más que ocasionalmente. Simón de Rojas Clemente nos dice que existían al menos ocho ingenios, pero que en el momento en que él realiza su trabajo sólo queda uno y que estima que la tierra destinada a cañas son ochenta marjales. Estos ingenios generaban actividad para catorce establecimientos de blanqueo de azúcar y dos fábricas de cuajar azúcares quebrados. Ni decir siquiera que buena parte del comercio tenía también su base aquí.
Si tomamos como referencia la producción de formas( cada una pesa 2,5 arrobas) el resultado es el mismo: para los años 1722-1729 da Colmeiro una producción global de 557.572 pilones, es decir, una producción media anual en torno a los 70 mil pilones. En 1730 baja a 40 mil pilones y en 1734 llega sólo a 35.662. La producción debió mantenerse en estas cifras sobre poco más o menos durante toda la primera mitad del siglo XVIII, con la excepción de los recurrentes años de malas cosechas; así, en 1745 se calcula en 45 mil pilones, 52.292 en 1749,
53.295 en 1750 y 46.690 en 1752, obtenidas de
12.368 marjales. A partir de esta fecha la producción conoce un descenso acelerado: en 1753 ya no alcanza los 15 mil pilones, en 1755 son
9.692 y en 1766, 6 mil. En 1770 se produce un ligero incremento por encima de los 10 mil con una extensión cultivada de 5.284 marjales, pero un año más tarde cae hasta las 6 mil y continuará bajando. En 1789 nadie quería hacerse cargo de los ingenios motrileños.
A fines de siglo la caña de azúcar deja de existir como producto económicamente relevante. En 1799 sólo funciona un ingenio, mientras que el resto está arruinado. Finaliza así el ciclo tradicional del azúcar, que, momentáneamente, es sustituido por el algodón, y la actividad productiva debe adaptarse a esta nueva realidad, con productos y mercados nuevos.
LA POBLACIÓN
Las informaciones que tenemos transmiten la idea de una sociedad profundamente empobrecida conforme avanza el siglo. El componente fundamental son los colonos y jornaleros, que, en la segunda mitad del mismo, se van a ver azotados por la crisis del monocultivo azucarero, por una serie de epidemias, por la coyuntura bélica finisecular que dificulta el abastecimiento y por una hambruna persistente que se ceba en las capas más bajas de la sociedad, que incluso serán perseguidas cuando corten cañas para chuparlas. Las vinculaciones entre crisis agraria y crisis demográfica parecen fuera de toda duda, sin que a veces se tenga claro qué es primero. Las epidemias palúdicas son frecuentes( 1751, 1763, 1785 y 1793), afectan sobre todo a los jornaleros venidos de fuera que malviven en condiciones infames y se refuerzan con crisis agrarias puesto que las actividades agrarias salen muy mal paradas por la falta de brazos y por la huida masiva de personas de todo tipo y condición que esperaban que pasara, a costa de grandes pérdidas.
El Catastro de Ensenada nos informa de una población motrileña que en el año 1752 tiene
158
INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 158 05 / 01 / 2011, 10:23