Historia de Motril | Page 143

peste y pronto el hospital de Santa Ana se vio desbordado y fue necesario habilitar otros dos en el ingenio Nuevo y en la suntuosa casa de Gaspar de Paniza y Guevara, que estaba destinada a convento de monjas. Fue necesario cerrar las fábricas de azúcar, prohibir las reuniones de gentes y abandonar las labores de los campos. Motril era una ciudad desierta donde el único ruido era el traquetear de los carros que llevaban los muertos a las grandes fosas comunes 56.
Durante dos meses la acción humana fue impotente ante el avance de la enfermedad, pero en la noche del 13 de junio, festividad de San Antonio de Padua, unas extrañas luces en el cielo asombraron a los motrileños, y por la mañana la epidemia empezó a remitir 57. Ante tal prodigio, el Concejo hizo voto a ese santo, cuya ermita, situada a las afueras de Motril, en el camino hacia Granada, había sido levantada a mediados de siglo por unos vecinos de ascendencia portuguesa. Poco a poco la enfermedad fue cediendo y desapareció a finales de agosto. Motril era una ciudad vacía y empobrecida.
Los siguientes años fueron muy duros. La epidemia impidió la cosecha normal de cañas y
la producción azucarera fue muy escasa, lo que llevó a un periodo de recesión que debió durar hasta 1685; y ya nunca más, en este siglo, Motril volvería a alcanzar los altos niveles de riqueza anteriores a la gran epidemia de 1679.
Notas
1. Sobre el desarrollo urbano de Motril, vid. Domínguez García, M. « Urbanismo e Historia. Motril entre los siglos XVI y XIX ». En: Anuario de Estudios Motrileños, 1, 1986, pp. 161-187.
2. Vid. Domínguez García, M. Ingenios y trapiches azucareros en Motril. Aproximación al estudio de la industria azucarera en la costa granadina en la Edad Moderna, 1991; y para la evolución de la población, vid. López Fernández, D. A. Aspectos geográficos de Motril y su entorno, 1987, pp. 69 y ss.
3. En 1648 la Real Hacienda recaudó por todos los impuestos en Motril la nada despreciable cantidad de 170.000 ducados. Vid. Niño de la Puente y Guevara, G. Recuerdos para el escarmiento de las divinas iras y efectos de la soberanas misericordias experimentados en la epidemia contagiosa padecida y perfecta sanidad lograda en la Muy Noble y Leal ciudad de Motril este año de 1679, 1680, p. 46.
4. Una familia de importantes propietarios cañeros y de ingenios azucareros en el siglo XVII fueron los Ruiz de Castro, varios de cuyos integrantes nos encontramos como regidores en el Concejo. Igual ocurre con las familias Iluminati, Belluga y Victoria, entre otras. La participación de sus miembros en multitud de acuerdos de cabildo sobre temas relacionados con las cañas o el azúcar se puede ver claramente en los libros de actas del Concejo.
De izquierda a derecha:
Portada de la historia de Motril escrita por Tomás de Aquino y Mercado en 1650.
Real Cédula por la que el rey Felipe IV concedió título de ciudad a Motril en 1657.
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INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 143 05 / 01 / 2011, 10:23