El comercio marítimo
En el mundo romano el sistema de transporte de grandes volúmenes de mercancías era sin duda alguna el marítimo, con mucha diferencia el más barato y rápido de la antigüedad. Por su parte, el ánfora es el recipiente por excelencia de este tipo de comercio y, en muchas ocasiones, la única evidencia arqueológica de que este se produjo, por lo que su estudio está aportando a los investigadores una rica y variada información sobre los intercambios comerciales de esta época. Su propia forma, con dos asas y su típica terminación en punta, es idónea para su estiba en las naves mercantes, pues permite la superposición de los contenedores en varios pisos e inclinarlos convenientemente para adaptarlos a las paredes curvas de la bodega de los barcos. Hay que tener en cuenta que su pivote puntiagudo facilitaba su encaje en el hueco que dejaban los cuellos de las ánforas del piso inferior, lo que permitía que se aprovechara en su totalidad el espacio destinado a la carga. La distribución del estrato inferior de ánforas, muchas veces clavadas sobre una capa de arena que se disponía en el fondo de la bodega, era determinante para el equilibrio de toda la carga y, por extensión, de la maniobrabilidad del barco.
Por nuestras costas debieron navegar navíos que, según las distancias y su volumen de carga, practicaron los dos tipos de comercio marítimo del mundo romano:
• El comercio de largas distancias, realizado por los grandes y pesados navíos mercantes, las naves onerariae, especialmente las corbitae, que moverían cargados de ánforas entre 100 y 400 toneladas de desplazamiento y dispondrían de mástil y amplia vela cuadrada, dos timones a popa y otra vela más pequeña a proa, la vela de agua. Por aquí pasaban dos importantes rutas: una hacia el interior del Mediterráneo exportaba los afamados aceites, vinos y salazones béticos, buscando puertos como Tarraco( Tarragona), Narbo Martius( Narbona), la desembocadura del Ródano, Massalia( Marsella) y, primordialmente, Ostia, el puerto de Roma; y la otra, de sentido contrario, importaba productos elaborados y suntuosos( cerámicas, vidrios, vinos itálicos de calidad, etcétera) para los latinizados habitantes de la Provincia.
• El comercio de redistribución de mercancías, de corta y media distancia, basado en la navegación de cabotaje, era realizado por naves de menor tamaño, que redistribuían los productos una vez que estos habían llegado a los puertos principales. Por el litoral del SE peninsular pasaba una ruta que tocaba de este a oeste los siguientes lugares: Portus Magnus( Golfo de Almería)-Los Bajos de Turaniana( Roquetas)-Los Baños de Guardias Viejas-Abdera( Adra)-Castell de Ferro-La Rijana-Calahonda-Paterna( El Maraute, Torrenueva)-Selambina-Sexi-La Herradura-Caviclum( Torrox Costa). Estos asentamientos costeros dispondrían de fondeaderos naturales con la excepción de los portezuelos de la mansio Turaniana y de Guardias Viejas( puerto de Murgi) 75, y, en la costa granadina, Selambina y Sexi, que, debido a la privilegiada localización geográfica que tenían en época romana, a modo de penínsulas rodeadas de agua, dispondrían de dos muelles cada una, uno a poniente y otro a levante.
El trayecto de esta ruta marítima de cabotaje está documentado por los hallazgos submarinos de numerosas ánforas, verdaderas evidencias del comercio por mar en época clásica, y por la localización cercana a la costa de una serie de pecios. Frente a los peñones de Almuñécar, el barco del pecio de Las Puntas transportaba un cargamento de ánforas olearias del tipo Dressel 20 procedentes de distintos lugares del Valle del Guadalquivir. El cercano a Torrenueva, con envases de salazón de la forma Almagro 51C y olearios Dressel 20, seguramente era una embarcación de redistribución de productos. Por su parte, la nave del pecio de Castell de Ferro debió hundirse en algún momento de la segunda mitad del siglo I d. C. con una carga de ánforas de salazón de los tipos Dressel 14 y 17. Por último, el famoso pecio Gandolfo, situado frente a Punta Entinas, muy cerca de Almerimar( El Ejido), ha aportado abundantes contenedores de salazón de los tipos Beltrán II A y Dressel 14, algunos de ellos con interesantísimos y muy poco frecuentes tituli picti( inscripciones pintadas) que nos informan del producto que contenían, su calidad y lugar de origen. Entre ellos hay uno referido a conservas de pescado procedentes de las factorías de Sexi 76. Pero el estudio de los antiguos pecios de nuestra costa creemos que debe ser expuesto en otro trabajo distinto.
103
INTERIOR HISTORIA DE MOTRIL. pmd 103 05 / 01 / 2011, 10:23