También en este periodo nacieron empresas multidivisionales como la General Motors. Como característica común, estas empresas multidivisionales no podían ser gestionadas desde un único centro de decisión, por lo que era necesario distribuir responsabilidades entre los directivos de las distintas divisiones. Por ello, y para asegurar que la marcha de cada división fuese acorde con los objetivos de la empresa, se establecieron sistemas de contabilidad de gestión a través de los cuales se transmitieran los objetivos de la empresa a las divisiones. Así, en la General Motors se desarrollaba periódicamente un estudio de precios que permitía a la dirección coordinar el plan operativo anual de cada división con las políticas generales de retorno de la inversión medida por el ROI. Esta información se utilizó con tres propósitos fundamentales: (i) analizar la eficiencia potencial de los procesos; (ii) comparar la eficiencia real con la potencial (siendo éste el antecedente del sistema de presupuestos flexibles); y (iii) simplificar la tarea de valoración de inventarios necesarios para los informes financieros.
El uso del ROI, al igual que la forma multidivisional de organización desarrollada por la DuPont y la General Motors, se extendió durante las dos primeras décadas del siglo veinte
Sin embargo, la evolución de estas dos organizaciones no fue independiente. Pierre DuPont salvó en 1919 a la General Motors de una quiebra inminente y Donaldson Brown, director financiero de DuPont, llegó a serlo también de General Motors bajo las órdenes del presidente Alfred Sloam (1923 - 1946).
Los avances de principios del siglo hicieron que Clark, en 1923, identificara las siguientes nueve funciones básicas de la contabilidad de costes (Donoso, 2001):
1. Ayudar a determinar el precio satisfactorio de los bienes vendidos.
2. Ayudar a fijar un límite mínimo en las disminuciones de precios.
3. Determinar qué productos eran los más beneficiosos.
4. Controlar el inventario.
5. Fijar un valor para el inventario.
6. Comprobar la eficacia y eficiencia de los distintos departamentos y procesos.
7. Detectar pérdidas, derroches y robos de inventarios.
8. Separar los costes de la inactividad de los costes de producir bienes.
9. Ayudar a los informes financieros.
3.4.- La Depresión de los Treinta y la Preponderancia de la Contabilidad Financiera
Siguiendo a Johnson y Kaplan (1988), este periodo no fue tan productivo en el desarrollo de procedimientos de contabilidad de gestión como el anterior. Las razones se sustentan en la creciente necesidad de fondos de las grandes corporaciones, la consiguiente proliferación de los mercados de capitales y a su vez, la mayor demanda de información sobre la valoración de inventarios necesarios para los informes de la contabilidad financiera.
Por ello, se desarrollaron sistemas de contabilidad financiera destinados a los inversores y acreedores con el objetivo de controlar el rendimiento de los directivos. La regulación establecida por los mercados de valores, por los auditores a través de su organización profesional American Institute of Certified Public Accountants (AICPA) y después de la legislación de comienzos de los años 1930, por la Securities and Exchange Commission (SEC), generaron una demanda de estados financieros periódicos y auditados de acuerdo a unas reglas rigurosas. Además, el impuesto sobre el beneficio corporativo y el desarrollo de principios reguladores basados en el beneficio neto, medido por los contables, contribuyeron a fomentar el interés por verificar los estados financieros.