Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 69
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el 23% de las víctimas fatales provocadas por el PCP-SL reportadas a la CVR
fueron autoridades o dirigentes de este tipo.
El asesinato de un número tan grande de autoridades locales, la mayoría de
ellas militantes de los partidos políticos que sustentaron el régimen democrático
inaugurado en 1980, constituye un duro golpe a la capacidad de intermediación
política de las zonas afectadas por el conflicto armado interno. Es evidente que
toda una generación de representantes e intermediarios políticos locales fue
eliminada intencionalmente por el PCP-SL en su estrategia de generar un vacío
de poder que pudiera ser posteriormente llenado por sus propios dirigentes y
militantes.
Si bien las personas que ocupaban cargos de autoridad o posiciones de liderazgo
en sus comunidades eran los blancos más visibles de la acción armada del PCP-SL,
los mecanismos de selección del grueso de las víctimas provocadas por este grupo
subversivo eran mucho más sutiles y dependientes de las diferenciaciones del po-
der local y el estatus social existentes en las diferentes comunidades rurales don-
de tuvo lugar el conflicto armado interno.
De acuerdo con los testimonios recopilados por la CVR, las personas dedica-
das a actividades agropecuarias representaron el 57% de las víctimas causadas
por el PCP-SL; sin embargo, dentro de ese porcentaje se esconden las diferencias
entre los campesinos relativamente más prósperos y los más pobres, entre aqué-
llos más conectados a las redes del poder (económico y político) local o regional y
los más excluidos. Estos matices son difícilmente percibidos desde el Perú urbano,
ya que las inmensas distancias económicas, políticas y sociales que existen con el
Perú rural llegan a cubrir esta última realidad con un manto de uniformidad defi-
nido por la pobreza y la precariedad.
En el mundo rural andino y selvático, esas diferencias no logran ser captadas o
medidas con exactitud mediante las gruesas categorías socioeconómicas que una
aproximación cuantitativa obliga a utilizar. Dependen, en gran medida, de las di-
ferencias sociales relativas y específicas a cada contexto particular, por lo que re-
sulta difícil encontrar estándares aplicables a todos los casos. No obstante, son
justamente esas diferencias relativas las que configuran los potenciales conflictos
dentro de la sociedad rural que la estrategia del PCP-SL buscó aprovechar en su
favor. Los diferentes estudios en profundidad realizados por la CVR dan cuenta
de la importancia de estos factores en la estrategia del PCP-SL y de sus prácticas
de selección de blancos de la autodenominada «acción armada revolucionaria».
La concepción hiperideologizada del mundo que representa el «pensamiento
Gonzalo», al ser aplicada al mundo rural peruano, determinó que todos aquéllos
que podían estar relativamente más conectados al mercado, las redes e institucio-
nes políticas, regionales o nacionales, se convirtieran en «enemigos de clase del
proletariado y del campesinado» o en «agentes del Estado feudal y burocrático»
que debía ser destruido. Ello ocurrió en un contexto en el que la sociedad rural
peruana había sufrido grandes transformaciones en la segunda mitad del siglo XX
—como lo atestigua el proceso de Reforma Agraria en la década de 1970—, las
que modificaron profundamente las antiguas divisiones entre indios y señores,
campesinos y hacendados, y terminaron por hacer desaparecer la oligarquía rural