Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 68

55 En el Perú, y en el caso de los agentes del Estado en particular, el trabajo de selección de víctimas se refleja también en la importancia que adquirió la práctica de la desaparición forzada. Ésta supone extraer a una persona específica del con- texto en el que vive y sustraerla a la mirada pública y a los mecanismos legales de protección individual para, de ese modo, encubrir un conjunto de violaciones de los derechos humanos (detenciones arbitrarias, torturas, violaciones sexuales) que por lo general concluyen en una ejecución extrajudicial. La CVR ha determinado que, entre 1980 y el 2000, aproximadamente el 61% de las víctimas fatales provo- cadas por los agentes del Estado lo fueron mediante la práctica de la desaparición forzada. Las mujeres y los niños aparecen entre las víctimas fatales con mayor fre- cuencia en situaciones de violencia indiscriminada, como son las masacres o arrasamientos de comunidades. Conforme aumenta el tamaño del grupo de per- sonas que son asesinadas o ejecutadas en un mismo operativo o incursión, tam- bién aumenta ligeramente la proporción de mujeres y de niños menores de 15 años de edad: en el caso de asesinatos o ejecuciones individuales la proporción de mujeres es de 14% y de menores de 15 años es de 2%; cuando los asesinatos o ejecuciones tienen como blanco grupos de 10 o más personas, la proporción de víctimas mujeres aumenta al 31% y la de menores a 21%. Es importante tener en cuenta que, de manera similar a otras investigaciones sobre conflictos armados internos (Ball y otros 1999: 94-98), en la información presentada existe un importante subregistro de niños debido a que solamente se incluyen las víctimas identificadas. Dentro de las víctimas de asesinatos masivos, los niños resultan ser, generalmente, los menos identificados por los sobrevivien- tes que dieron sus testimonios, puesto que son menos conocidos en sus comunida- des en comparación con los adultos. La práctica de selección de víctimas por parte de los principales actores del conflicto armado interno supone que éstos contaban con un perfil o una caracte- rización de quiénes eran considerados blanco de la acción violenta. Este perfil está estrechamente vinculado con los objetivos y las estrategias de los actores. Como ha sido mencionado, la CVR ha concluido que el conflicto armado inter- no se inició por la decisión del PCP-SL de conquistar el poder mediante la lucha armada con el fin de destruir las instituciones del Estado peruano e instaurar un régimen totalitario. Dentro de su estrategia de conquista del poder mediante la lucha armada, el PCP-SL atacó a quienes, según su ideología, representaban el «viejo estado». En la práctica, ello significó que las personas que tenían responsabilidades relativamen- te más importantes o desempeñaban un cierto liderazgo social o político en sus respectivas comunidades fueran vistas como potenciales enemigos y víctimas de sus acciones. Un indicador contundente de esto último es que, después de los campesinos, el segundo grupo ocupacional más golpeado por la violencia del PCP-SL fue el de las diversas autoridades locales y dirigentes sociales que existían en las zonas» donde el conflicto armado interno tuvo lugar (alcaldes, regidores, subprefrectos, gobernadores, tenientes gobernadores, jueces de paz, dirigentes locales, etcétera). De acuerdo con los testimonios recibidos, aproximadamente 1503 personas, es decir,