Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 354
A pesar de estas dificultades, la transición abierta por impulso de las movilizaciones
sociales de esos años siguió adelante. La Constitución aprobada en 1979 fue políti-
camente incluyente y democratizadora: incorporó a la legalidad a partidos de iz-
quierda marxista y otorgó sufragio universal a mayores de 18 y a analfabetos. Así,
el 18 de mayo de 1980 el país concurrió después de 17 años a las urnas para elegir
un gobierno civil. Un día antes, el PCP-SL inició sus acciones armadas.
S OBRE
LA DURACIÓN DEL CONFLICTO
El PCP-SL resultó un enemigo inesperado. El segundo gobierno de Fernando
Belaunde podía haber esperado algún alzamiento armado semejante a los que
por entonces tenían lugar en América Central o el Cono Sur. En otras palabras,
algo semejante al MRTA, mas no al PCP-SL.
El gobierno y las Fuerzas Armadas desconfiaban de líderes izquierdistas como
Hugo Blanco, que alcanzó la segunda votación más alta para la Asamblea Cons-
tituyente de 1978, después de Haya de la Torre; de partidos marxistas como el
PCP-Unidad, la UOP o el UNIR, que conformarían poco después Izquierda Unida
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• La situación económica. Para 1980, el tamaño del aparato estatal (burocracia,
empresas públicas, porcentaje del PBI estatal) había crecido y, sin embar-
go, el Estado como institución tenía mayores dificultades para cumplir sus
obligaciones básicas con sus ciudadanos.
• Vacíos relativos de poder en amplias zonas rurales, sobre todo, andinas. Como parte
del proceso de desmontaje de la Reforma Agraria, el gobierno del general
Morales Bermúdez procedió a la desactivación del denominado Sistema
Nacional de Apoyo a la Movilización Social (SINAMOS), el aparato estatal
que de alguna forma había cubierto el vacío dejado por los poderes locales
tradicionales en el campo. Las empresas asociativas —SAIS, CAP— creadas
por una Reforma Agraria colectivista, quedaron como islotes
desmoralizados (con frecuencia debilitados desde dentro por administra-
ciones incapaces o corruptas) y acosados desde dentro o desde los márge-
nes por quienes deberían haber sido sus beneficiarios. A partir de 1977, el
inicio de los operativos Verde Mar, impulsados por los Estados Unidos,
crisparon la situación en zonas importantes de la ceja de selva y empujaron
a la ilegalidad a sectores amplios de colonos llegados allí en las décadas
previas, que se habían dedicado crecientemente al cultivo de coca por au-
sencia de alternativas económicas.
• Debilidad de los partidos políticos. Se encontraban fuera de forma por la sus-
pensión de elecciones nacionales y municipales, con varios de sus principa-
les líderes exilados, desprestigiados por la propaganda oficial contra los
partidos políticos y la democracia representativa. La ausencia de organiza-
ciones partidarias o su repliegue de amplias zonas rurales, hizo que las
representaciones surgidas de las elecciones en la década de 1980 fueran
tenues y giraran crecientemente alrededor de personas, más que de orga-
nizaciones y propuestas. Esto fue favorecido por el voto preferencial.