Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 297

284 forzado. Y, en dirección nororiental, las operaciones alcanzaron las «zonas rojas» y cocaleras de Huánuco, San Martín y Ucayali. En los frentes Huallaga y Ucayali la contrasubversión enfrentó también al MRTA y le infligió numerosas bajas y defecciones que implicaron su derrota es- tratégica. Diezmado por el PCP-SL, el MRTA fue reducido aun más en enfrentamientos con las Fuerzas Armadas, tras lo cual sucedió en enero de 1992 la defección de uno de sus líderes, Sístero García, quien colaboró con las Fuerzas Armadas para desactivar al resto del MRTA. Un Batallón Contrasubversivo del Ejército operaba en Padre Abad, sobre la margen oriental del Huallaga, en 1989, mientras dos Batallones Ligeros de Com- bate (BALICOS) de la Marina se hacían cargo de todo el resto de Coronel Porti- llo. La iniciativa la tuvo el Ejército, pero la Marina compartió las tácticas. Tam- bién hubo ataques indiscriminados contra poblaciones bajo control del PCP-SL; se les disparaba a lo largo del río desde helicópteros equipados con artillería pesada. En unos pocos segundos, decenas de personas ocultas tras la vegetación ribereña eran acribilladas sin que artilleros ni pilotos pudieran ver exactamente de quién se trataba. En el asalto a la localidad de Bellavista, los helicóperos llega- ron a lanzar cohetes a las viviendas. La situación en el Ucayali cambió a partir de 1990 cuando el Ejército dejó la base Alexander von Humboldt para concentrar su actividad en la zona de Tingo María y la Marina se hizo cargo de la margen oriental del Huallaga. Los BALICOS de la Marina lanzaron una campaña de acciones cívicas y organización de colabo- radores que les permitió instalar en los pueblos de la carretera Federico Basadre una serie de comités de autodefensa. Los dos indicadores positivos de esta cam- paña de la Marina en Ucayali a partir de 1990, disminución de la violencia y del narcotráfico, están ausentes en Huánuco y San Martín en ese mismo período has- ta 1994. Es importante mencionar aquí que se produjeron diversos actos de viola- ciones de los derechos humanos producidos en campañas guiadas por la estrate- gia integral. Estamos hablando de una nueva estrategia centrada supuestamente en la obtención del apoyo de la población y en la selectividad de sus acciones, permitida por el trabajo de inteligencia. Esa era sin duda la intención, pero tene- mos que evaluar si se aplicó realmente, si la derrota estratégica del MRTA y del PCP-SL se obtuvo como estaba previsto. Más bien, parece que las campañas de los frentes nororientales dejaron efectos secundarios que influyeron en las actitu- des políticas de los altos mandos militares en los años siguientes. A inicios de 1990, en Tingo María (Huánuco), Juan Ayala Almeida fue deteni- do por miembros del Ejército por haber sido denunciado como militante del PCP-SL. Fue torturado y estuvo cuatro días sin alimentos, cuando agonizaba fue lanzado de un helicóptero en la selva. 7 El 6 de enero, en Angashyacu, Leoncio Prado, El PCP-SL había decretado un paro armado, bloqueado las pistas e insta- lado trampas explosivas para cuando llegara el Ejército. Dejaron una de ésas en- terrada en la puerta de la casa de Anatolio, Rumo y Shana Trujillo, de la cual colgaba una bandera roja. Al retirar la bandera, la bomba explotó y dejó herido a un militar. Los militares entraron disparando a la casa de Anatolio y lo mataron 7 Evento 1003908.