Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 293
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Las implicancias concretas de la nueva estrategia aparecen en el manual
cuando se habla de cómo desorganizar a los grupos armados subversivos y
cómo intervenir en una «zona roja». La primera aclaración es que «[ ... ] la GCS es
una guerra de inteligencia en un 80% y de operaciones en un 20%» (Ministerio de
Defensa 1989: 73). Sus prioridades son, entonces, identificar a los miembros y la
organización del partido, sus capacidades y vulnerabilidades; identificar así
también a las «bases de apoyo» y a la «fuerza local»; «ejecutar operaciones de
contrainteligencia», «optimizar la infiltración», «disponer de interrogadores
entrenados», «establecer un banco de datos», «formar redes de colaboradores e
informantes», etcétera (Ministerio de Defensa 1989: 74). Al hablar del componente
de acción armada, se dice «Combatir con iniciativa, sorpresa, engaño, movilidad,
creatividad y empleando procedimientos similares a los de los subversivos» y
«realizar operaciones psicológicas, agresivas y eficientes, explotando oportuna-
mente los hechos o acciones favorables en todos los niveles, con el fin de destruir o
quebrar la voluntad de lucha y moral de las fuerzas subversivas» (Ministerio de
Defensa 1989: 77). Queda claro que las acciones armadas mismas están compenetradas
con la actitud de las operaciones psicosociales y de contrainteligencia.
La «intervención en una zona roja» es la acción decisiva y la que mejor refleja
el conjunto de esta concepción estratégica. El primer paso, en realidad sólo pre-
paratorio, es la destrucción o expulsión de los elementos armados subversivos. El
segundo paso es instalar las fuerzas de control territorial y control de la pobla-
ción. Pero el paso decisivo es el tercero:
Tercer paso: Destrucción de la Organización Político-Administrativa Local.
Es una operación policial dirigida, para eliminar a los miembros de la
Organización Político-Administrativa.
La que se llevará a cabo, en base de [sic] dos condiciones siguientes:
(a) Que se haya recibido informaciones suficientes para garantizar el éxito de
la eliminación.
(b) Que la eliminación planeada, pueda llevarse a cabo totalmente. En esta
En esa operación se tendrá en cuenta que el Jefe y los miembros más destacados
de la Organización Político-Administrativa local se hallaba demasiado
comprometido en la subversión para que pueda esperarse de ellos un cambio.
Esta última frase pone énfasis en que estas personas son irrecuperables para
explicar a qué se refieren las dos condiciones anteriores: la eliminación tiene que
ser total y, por ello, la identificación previa tiene que ser acertada. Aún si por
«eliminación» de la OPA se entiende «desactivación», está claro que esta acción
contrasubversiva tiene que conseguir este objetivo procediendo de la manera
más efectiva y segura, a fin de garantizar que la eliminación «se lleve a cabo
totalmente». Un detalle llamativo de este pasaje central del Manual de Ejército 41-
7 en que se define la «Destrucción de la Organización Político-Administrativa
Local» como último paso de la intervención en una «zona roja», es que en la
definición de la operación se dice: «es una operación policial dirigida». Es policial,
se entiende, porque no es una operación de combate.