Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 259

246 seguida por la represalia de un grupo de guardias republicanos que sacaron a tres detenidos por terrorismo del hospital en el que estaban internados y los asesinaron. Al día siguiente, el gobierno reestableció el estado de emergencia en la zona. El ataque a la cárcel de Huamanga había puesto en evidencia la capacidad del PCP-SL para organizar ataques efectivos a instalaciones protegidas. Éste siguió dando muestras de su poder de fuego mediante sucesivos asaltos a puestos policiales, hasta que el director general de la Guardia Civil dispuso un repliegue de las instalaciones mayores. Ese repliegue dejó el campo libre al PCP- SL y la situación en Huanta y Huamanga se tornó más convulsionada. Alentado el PCP-SL intensificó su ofensiva El 26 de marzo atacó el fundo Ayzarca, cerca de Parcco y Pomatambo; el 31 de marzo el blanco fue la Jefatura de Línea de Vilcashuamán. 1 Era evidente que la policía no podía continuar ha- ciendo frente al PCP-SL sin que se modificaran las condiciones materiales con las que operaba. La policía, en efecto, no contaba con medios adecuados. Su armamento era obsoleto; sus municiones, escasas. Tampoco había coordinación suficiente entre el comando policial y los puestos o líneas. Ello, y el mal equipamiento, menosca- baba significativamente el espíritu de trabajo de los policías de la zona. Un problema adicional era la relación con la población. Ello es particular- mente cierto en el caso de los sinchis. Aunque éstos tenían formación en lucha contrasubversiva, lo aprendido no servía para enfrentar el tipo de desafío plan- teado por el PCP-SL: sin usar uniforme, los senderistas se mimetizaban con la población local. Los sinchis, en consecuencia, pasaron a percibir como sospecho- sa a cualquier persona y ello, sumado a los abusos cometidos, amplió la brecha entre la policía y la población civil. Pronto surgió un estereotipo del sinchi como agente de abusos, torturas y violencia sexual que tenía sustento en hechos reales. Torturas y detenciones arbitrarias fueron prácticas bastante comunes de los sinchis, del mismo modo que la violación sexual no sólo de mujeres adultas, sino también de adolescentes. Uno de los casos que más tempranamente indignó a la opinión pública fue la violación de Georgina Gamboa, quien tenía 17 años en enero de 1981 cuando fue violada sexualmente por siete sinchis. En una audiencia pública de la CVR, la señora Gamboa recordaba los hechos así: Golpiaron, me golpiaron después comenzó a abusarme, violarme, a mí me violaron, toda, durante la noche; yo gritaba, pedía auxilio, me metieron pañuelo a mi boca, y aparte mi cuando gritaba y pedía auxilio me golpiaron. Yo estaba totalmente maltratada, esa, esa noche me violaron siete eran, siete, siete militares o sea los siete sinchis entraron violarme. Uno salía, otro entraba, otro salía, uno entraba. Ya estaba totalmente muerta yo, ya no sentía que estaba normal. Después día siguiente amanecieron, cuando amanecieron como muerta, como carniro, me tiraron camión, mi llevaron, mi llevaron a Cangallo, en Cangallo estaba preso también. Desde el inicio se trató de justificar las violaciones de los derechos humanos realizadas por los contingentes contrasubversivos. Se alegaba cierto estado de tensión de los policías por su permanencia en un ambiente hostil donde en cual- 1 Una jefatura de línea es un puesto policial que tiene a su cargo varias guarniciones o puestos menores.