Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 239

226 L OS PRIMEROS AÑOS DEL GOBIERNO APRISTA Alan García Pérez asumió la presidencia de la República el 28 de julio de 1985 en una sólida situación política. No solamente había obtenido una votación clara- mente mayoritaria, sino que su partido había conquistado mayoría en las dos cámaras del Congreso de la República. En su discurso inaugural anunció, entre otros puntos, su decisión de emprender una estrategia de base socioeconómica para enfrentar a la subversión armada. Existía, según altos dirigentes apristas, «[...] una creencia en el sentido de que un gobierno que podría ir desarrollando una reforma social desarmaría a la insurgencia». 40 Con relación a la orientación dada a la respuesta militar del Estado, el Presidente señaló que el compromiso del gobierno era: [No tener] más consideraciones que aquélla a las que nos obliga nuestro credo democrático y nuestra fe cristiana. La ley —añadió—, será aplicada con severi- dad, también para quienes violen los derechos humanos mediante la muerte, las ejecuciones extrajudiciales y la tortura y por abuso de su función, pues para lu- char contra la barbarie, no es preciso caer en la barbarie. 41 Una de las medidas concretas que se anunciaron fue la «despenalización» para los inculpados por delitos menores; se anunció, así, la creación de una comisión de expertos en cuestiones jurídicas encargada de evaluar la situación de los inter- nos por terrorismo y proponer opciones que podían incluir la libertad de quienes no hubiesen participado en hechos que involucrasen muertes. Por último, se plan- teó la reorganización de las Fuerzas Policiales en el plazo de 90 días. 42 Desde el comienzo del gobierno se ratificó la prioridad de las políticas de desarrollo para las zonas más deprimidas, fundamentalmente, la zona denomina- da «trapecio andino». Según declaraciones del entonces viceministro del interior, se trató de una suerte de división de tareas: «Nosotros nos hemos debatido en que los uniformados y algunos civiles se encargan de la guerra contrasubversiva y los demás trabajamos para que la pobreza disminuya y, por lo tanto, la subversión también disminuya, y los atacamos por ahí». 43 Como se ha visto ya, un mes y medio antes del cambio de gobierno, el presi- dente Belaunde Terry había emitido el decreto legislativo 24150. A pesar de las crecientes denuncias de atropellos de los derechos humanos por las fuerzas de seguridad del Estado, el Presidente saliente fortalecía las atribuciones de los co- mandos político-militares. El decreto legislativo, en efecto, normaba «los estados de excepción en que las Fuerzas Armadas asumen el control del orden interno» y dejaba en manos de los comandos político-militares todas las actividades referi- das al control de dicho orden interno. En la práctica, esa norma limitó el poder de las autoridades civiles en las zonas declaradas en emergencia. 40 41 42 43 CVR. Entrevista a Armando Villanueva. 30 de octubre de 2002. Desco. Resumen Semanal. 26 de julio-l de agosto de 1985, año VIII, n. o 327. El 6 de agosto la Cámara de Diputados aprobó un proyecto que facultaba al gobierno a promulgar la Ley Orgánica y la Ley de Bases del Ministerio del Interior, las Leyes Orgánicas de cada cuerpo de las Fuerzas Policiales y la Ley Orgánica del Sistema de Inteligencia Nacional. Desco. Resumen Semanal, 26 de julio-l de agosto de 1985, año VIII, n. o 327, p. 3. CVR. Entrevista a Agustín Mantilla. 24 de octubre de 2002.