Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 235

222 dudas sobre la conveniencia de establecer el estado de emergencia y de ordenar la intervención militar. Sin embargo, la CVR encuentra, que a partir del establecimiento del comando político-militar en Ayacucho, y ante el crecimiento de los crímenes del PCP-SL y de agentes de seguridad del Estado, el presidente Belaunde no desarrolló una política decidida de protección de los derechos humanos. Por el contrario, optó por no atender las denuncias que se hacían. En agosto de 1983 la organización Amnistía Internacional envío una carta al presidente Belaunde en la que señalaba que las fuerzas de seguridad del Estado habían ejecutado sumariamente a centenares de pobladores en la región andina en operaciones contrainsurgentes. El Presidente desatendió el informe: «Las car- tas de Amnistía Internacional van al tacho de basura [...] yo no las acepto». 38 La indiferencia del gobierno de AP ante estos crímenes no se redujo al Poder Ejecutivo, sino que se extendió también al Legislativo. La CVR ha encontrado que el Congreso, en el que AP tenía mayoría, no conformó ninguna comisión investigadora sobre desapariciones forzadas de personas a pesar de las denun- cias existentes. En términos generales, el Poder Legislativo incumplió su deber de fiscalización en materia de derechos humanos, lo que, aunado a la actitud del Poder Ejecutivo, estableció un ambiente de impunidad que la CVR considera de- plorable por las pérdidas de miles de vidas humanas que ocasionó. Cabe resaltar, sin desmedro de lo señalado, que durante el gobierno del presi- dente Belaunde Terry se propició el avance de las instituciones democráticas. El gobierno de AP reinstauró la libertad de prensa en el país, la que se mantuvo sin restricciones a lo largo de todo el período gubernamental; asimismo, realizó elec- ciones libres para la designación de las autoridades municipales y mantuvo un claro respeto de la separación de poderes. La conservación del orden constitucio- nal en estos aspectos constituyó, en sí misma, una resistencia valiosa contra el proyecto insurreccional del PCP-SL, que buscaba, precisamente, la «destrucción del viejo Estado». Ello culminó, finalmente, en una transferencia del poder tras elecciones limpias y de acuerdo con los canales previstos en la Constitución de 1979. El orden constitucional, sin embargo, resultó mellado en un aspecto esencial: el respeto de los derechos fundamentales, ya que el gobierno del presidente Belaunde no tuvo éxito en detener el avance de la subversión ni se interesó en prevenir o castigar las violaciones de derechos humanos perpetradas por las fuer- zas de seguridad a las que había encargado, con amplias facultades, la lucha contrasubversiva. Una de las últimas decisiones de política contrasubversiva del arquitecto Belaunde Terry fue la promulgación de la ley 24150. En esta ley se establecieron por primera vez las atribuciones del comando político-militar, que gozaba así de la facultad de [...] coordinar la participación del sector público y no público ubicados en la zona de emergencia, coordinar y supervisar las acciones de los sectores, organismos 38 Deseo. Resumen Semanal, 19 de agosto de 1983.