Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 222
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La población laboral empleada en el sector público pasó de 225,714 a 424,611 empleados entre 1969 y
1978. Sobre el modelo económico de la dictadura militar y el crecimiento del Estado consúltese Wise
(2003: 119-158).
Durante los años del gobierno militar, Acción Popular realizó dos congresos nacionales para elegir
secretarios generales.
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principalmente, en lo relativo a su participación en el control de la riqueza na-
cional y en las dimensiones de su aparato burocrático. 2 Debe señalarse, también,
que en ese mismo intervalo se produjo un proceso de reformas que transformó
ampliamente a la sociedad peruana, mediante la incorporación en el ámbito de
la discusión y de la participación públicas de amplios sectores de la población
antes excluidos.
En segundo lugar, los partidos que conformaban el sistema de representación
política se encontraban debilitados en 1980. Esa debilidad fue, en gran medida,
una secuela de los doce años de gobierno militar. En primer lugar, entre 1968 y
1980 la dictadura impuso una severa limitación a la vida política partidaria en el
Perú recurriendo a restricciones de las libertades políticas y civiles, así como de-
portaciones selectivas. En segundo lugar, la transformación social antes mencio-
nada ocasionó que, al momento de restaurarse la democracia, la organización,
ideología y líneas programáticas de los partidos políticos, éstas resultasen nece-
sitadas de una actualización para reflejar y responder adecuadamente a las de-
mandas de los nuevos sectores sociales. Tal actualización no se realizó con la
rapidez requerida.
El partido de gobierno compartía esa debilidad. Durante los años del régimen
de facto, su actividad se vio notoriamente disminuida. 3 No obstante, ha de te-
nerse presente que AP se abstuvo de participar en las elecciones para la Asamblea
Constituyente de 1978 y prefirió trabajar en el fortalecimiento de su organización
partidaria nacional, opción que lo privó de estar presente en el debate constitu-
cional, en el que sí participaron los otros partidos que competirían en las eleccio-
nes generales de 1980.
En tercer lugar, cabe señalar que el nuevo gobierno inició sus funciones sin que
las relaciones entre el poder civil constitucional y las Fuerzas Armadas se hubieran
replanteado de manera satisfactoria según estándares democráticos. La decisión
del presidente Belaunde de mantener en sus cargos durante el primer año a los
comandantes generales de las Fuerzas Armadas —Ejército, Marina y Aviación—
fue adoptada en un contexto en el que, en primer lugar, la institución militar man-
tenía un alto grado de autonomía en la ejecución de sus tareas de defensa y seguri-
dad nacional; en segundo lugar, las Fuerzas Armadas tenían predominio en los
organismos del Sistema de Defensa Nacional heredado del régimen de fuerza; en
tercer lugar, el gobierno civil no realizó cambios significativos en el presupuesto
militar; y, en cuarto lugar, subsistían los ministerios de Guerra, Marina y Aeronáu-
tica, que fueron mantenidos como tales durante todo el período gubernamental.
Un último rasgo característico de la transición política fue el clima de protesta
social de la época. En 1980 se llevaron a cabo 739 huelgas que involucraron a 481
mil trabajadores; en 1981 fueron 871 huelgas acatadas por 857 mil trabajadores y
en 1982 hubo 809 huelgas en las que participaron 572 mil trabajadores.