Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 216
R ECOMPOSICIÓN
DE LA
D IRECCIÓN C ENTRAL,
ENDURECIMIENTO Y RUPTURA
(1989-1992)
Tres meses antes del enfrentamiento de Molinos, el 3 de febrero de 1989, Víctor
Polay había sido apresado en Huancayo. Los problemas causados por su caída se
agravaron con la captura en Lima de Miguel Rincón el 16 de abril. 56 En esas cir-
cunstancias, Néstor Cerpa Cartolini asumió la conducción del MRTA. Puesto que
la mayoría de detenidos del MRTA eran recluidos en el penal Miguel Castro Cas-
tro, en Lima, esa organización planificó desde 1987 la construcción de un túnel
que estuvo listo tres años después. Por él se fugaron 47 presos de esa organización
el y de julio de 1990. El escape los colocó otra vez en la escena pública nacional,
ilusionó a sus bases e insufló nuevos bríos a la maltrecha dirección.
Con la reincorporación de Víctor Polay y Alberto Gálvez, en septiembre de
1990, se realizó el III Comité Central Unificado. El evento resultó accidentado.
Ante la sorpresiva victoria de Alberto Fujimori en las elecciones presidenciales de
abril de ese año, Polay sopesó la posibilidad de una negociación con el gobierno
entrante que apuntase a una salida política al conflicto armado, mas luego decidió
no presentar esta propuesta en la reunión. 57 Sin embargo, la discusión tocó temas
de fondo; a partir de los cambios en el contexto internacional (caída del Muro de
Berlín, negociaciones y acuerdos de paz en Centroamérica, derrota del Frente
Sandinista en las elecciones en Nicaragua), los dirigentes provenientes del MIR-VR
sostenían que la corriente socialista atravesaba por una crisis profunda y que la
«retaguardia internacional» se resquebrajaba irremediablemente. Además, las
acciones del PCP-SL habían desprestigiado la «violencia revolucionaria», rechazada
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Recuérdese que en agosto de 1987 había sido capturado Gálvez Olaechea y, en febrero de 1988, Peter
Cárdenas y Hugo Avellaneda, en el aeropuerto Jorge Chávez (Lima).
Para Gálvez Olaechea, la decisión de Polay de abstenerse tuvo como objetivo «asegurarse la adhesion
de los sectores ideológicamente más duros [como] Cerpa y Rincón, y desplazar a la vertiente del MIR-
VR» (2003: 39).
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concreto es que el golpe había sido tan grande que nos privó de muchas cosas»
(Mateo). Para Gálvez Olaechea, lo sucedido en Molinos mostró una tendencia en el
MRTA que «priorizaba el protagonismo coyuntural sobre el trabajo más consis-
tente y a más largo plazo» (2003: 36). Como respuesta a lo acontecido en Molinos,
el 9 de enero de 1990 comando del MRTA asesinaron al general (r) Enrique López
Albújar, ex Ministro de Defensa, acribillándolo cuando manejaba su auto sin per-
sonal de seguridad. Víctor Polay sostuvo que la «ejecución»: «[...] fue acuerdo y
decisión de un tribunal revolucionario como respuesta al asesinato de prisioneros
y repase de heridos y combatientes del MRTA en Los Molinos» (1990: 19). La
acción pareció corroborar lo afirmado por Manrique (1989: 175-80) sobre la proba-
ble «senderización» del MRTA, cuya evidencia se encontraba en los ajustes de
cuentas entre integrantes de esa organización en Chiclayo, Tarapoto y Lima.
También en el frente central se inició entonces una etapa de reconstrucción con
el traslado al campo de grupos pequeños provenientes del trabajo urbano, en un
contexto desfavorable por el levantamiento campesino contra el PCP-SL y la pre-
sencia creciente del Ejército. A inicios de 1991, algunos destacamentos comenza-
ron a operar allí nuevamente.