Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 214

Junto con los compañeros del PUM encabezamos las corrientes que buscaban que la ANP fuera una instancia de centralización real [...] que tuviera un programa que además de las reivindicaciones más sentidas del movimiento popular incorpore objetivos revolucionarios, que abriera el camino a la lucha por el poder por parte del pueblo. (2002: 15-16) Desde 1986, integrantes del MRTA habían participado en los Encuentros Preparatorios de la ANP, tratando de vincular la movilización de los sectores representados en la ANP con su lucha armada. La paradoja es que su presencia en estas instancias crecía conforme las organizaciones gremiales perdían im- portancia en el escenario nacional. Golpeadas por la crisis de la industrializa- ción por sustitución de importaciones y por la violencia que el propio MRTA ayudaba a atizar, las organizaciones presentes en la ANP de 1987 eran sólo un pálido recuerdo de las que en 1977 y 1978 habían conmocionado el país con importantes paros nacionales. Sin una evaluación clara de esas debilidades, en agosto de 1988 se llevó a cabo el II Comité Central Unificado del MRTA. La reunión repitió las evaluaciones apocalípticas sobre la situación nacional y, marcada por las victorias del frente Nororiental, acordó abrir otros frentes guerrilleros porque: «[...] en Juanjuí nos dimos cuenta que teníamos que tener la audacia y la decisión de levantar una propuesta nacional con las armas en la mano, porque no había otra forma». 52 Así, el MRTA procedió a reestructurar el frente Nororiental y a abrir dos más: el Orien- tal (Ucayali, Pasco y Huánuco) y el Central (Junín y la selva de Pasco). Al mismo tiempo, se enviaron algunos cuadros a explorar la reapertura de un frente en el Sur del país y fortalecer el trabajo en las ciudades. Para todo ello consideraron indis- pensable afiatar la organización y financiar sus «gastos de guerra» optando por los secuestros bajo el criterio de que «los costos de la guerra» los paguen «los grandes burgueses y [el] imperialismo» (Desco 1989: 244). Los secuestros fueron realizados en Lima por las llamadas «fuerzas especiales» Durante su cautiverio, los empresarios permanecían ocultos en las llamadas cárce- les del pueblo» —espacios de reducidas dimensiones e insalubres— donde eran vigilados constantemente. El primero de estos secuestros se realizó en septiembre de 1987 (Jiménez 2000: 868). Meses antes, se había producido el primer «ajuste de cuentas» con ex militantes del frente nororiental, donde cuadros provenientes del MIR-VR, disconformes con la unificación, habían emprendido la creación de su 52 CVR. Entrevista. Base Naval del Callao, 2002. 201 do en alguna zona del país o línea de trabajo; la imagen de un grupo armado que se sostenía básicamente sobre el voluntarismo, las apuestas audaces y la confian- za en las repercusiones mediáticas de sus acciones como forma importante de acumulación de fuerzas políticas. Por la misma época en que el Frente Nororiental desencadenaba sus acciones, tuvo lugar en Villa el Salvador el I Congreso de la Asamblea Nacional Popular (ANP), en la que participaron un conjunto de organizaciones gremiales, así como los sectores radicales de ID-UNIR, PUM, PCP-Unidad y la UDP, organización para entonces cercana al MRTA. Como lo expresa Miguel Rincón: