Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 213

200 unificación. Si bien el MRTA tenía un mayor desarrollo militar, el MIR-VR aporta- ba su trabajo político en San Martín, Lambayeque, Ancash y La Libertad; y una inicial experiencia militar con los CRP. Los dirigentes del MIR-VR acepta- ron que el nombre de la organización fuera MRTA y su Secretario General, Víctor Polay. El MRTA eligió el departamento de San Martín como el escenario adecuado para abrir su primer frente guerrillero; pues desde mucho tiempo atrás, en el norte del departamento, el MIR- VR había desarrollado un trabajo proselitista y organizativo entre los gremios de campesinos arroceros y maiceros, los maes- tros del SUTE y del Frente de Defensa de los Intereses del Pueblo (FEDIP-SM). Sesenta hombres formaron el frente guerrillero, conocido desde entonces como Nororiental: 30 del MIR-VR y 30 del MRTA. La responsabilidad del frente Nororiental fue asumida por Víctor Polay, lo que generó las primeras fricciones con el MIR-VR. El 8 de octubre de 1987, la toma de Tabalosos (Lamas) marcó el inicio de la campaña político-militar «El Che vive». Diez días más tarde una columna del MRTA tomó Soritor (Moyobamba). Sin embargo, tales acciones no alcanzaban repercu- sión nacional. Se proyectó entonces la campaña «Túpac Amaru libertador». El 6 de noviembre, 60 hombres tomaron Juanjuí (Mariscal Cáceres). Al día siguiente, la mis- ma columna tomó San José de Sisa (El Dorado) sin encontrar resistencia. Por el contrario, hallaron la buscada resonancia nacional por medio de una entrevista al jefe subversivo Víctor Polay hecha por un reportero de televisión. El gobierno reaccionó al poco tiempo: instauró el estado de emergencia en San Martín y envió un elevado número de fuerzas militares tras el destacamento del MRTA, que llegó a huir. El 9 de diciembre el MRTA dio por concluida la campaña «Túpac Amaru liber- tador» y acordó la desconcentración de sus fuerzas. Un grupo fue enviado a la Región Oriente y otro a la Región Central. 37 quedaron en San Martín. Según relata Sístero García, Ricardo, 51 éstos últimos fueron detectados por el Ejército, cuya ofensiva provocó el colapso del destacamento en las semanas siguientes. La reconstitución del Frente Nororiental fue lenta. Recién a principios de 1990 los subversivos estuvieron en condiciones de realizar otra vez acciones de envergadu- ra. Hacia 1991, el Frente Nororiental se encontraba totalmente reconstituido y contaba con una fuerza militar de aproximadamente 400 hombres completamente armados. A pesar de esos reveses, el MRTA evaluó positivamente las campañas «El Che vive» y «Túpac Amaru libertador», que confirmaban su conversión en una «op- ción de poder» real (MRTA 1990: 136). Esta evaluación sobreestimaba sus fuerzas militares y subestimaba tanto el poder del Estado como la presencia adquirida por el PCP-SL. Más aun cuando, poco antes de esas campañas, habían caído presos Gálvez Olaechea y luego Lucero Cumpa, responsable de Lima Metropolitana y miembro del Comité Central. En pleno apogeo, el MRTA comenzaba a mostrar una de las características que iba a marcar su actuación en los próximos años: la fluctuación entre avances y reveses; la incapacidad de lograr un avance sosteni- 51 Ex dirigente del MRTA acogido a la ley del arrepentimiento.