Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 200

43 44 Ésta y las siguientes citas provienen del texto de 1993 «Derrotero sobre las conversaciones para un Acuerdo de Paz» incluido en PCP-SL 2003. «Carta de Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre al Doctor Vladimiro Montesinos. Penal Militar Base Naval del Callao, 5 de septiembre de 1995» (PCP-SL 2003). Luego de que Fujimori ganara el referéndum, Montesinos suspendió las con- versaciones: «Desde ahí entramos a un compás de espera o congelamiento». 43 En diciembre, Guzmán solicitó retomarlas con una discusión de su propuesta; hacer- lo así «mostraría fehacientemente [...] que en modo alguno se trata, como preten- de la oposición, de simples afanes electorales o transitorios [del Gobierno] [sic]». Proponía, además, difundir un llamamiento para suspender las acciones militares y, lo más importante, «Destacar camaradas a diferentes trincheras [prisiones] del país comenzando por las de Lima para impulsar el acuerdo de paz, movilizando a prisioneros y familiares para obtener pronunciamientos, y apuntar a que el Parti- do y las masas asuman ¡Luchar por un Acuerdo de Paz!». El único punto concedido por Montesinos fue facilitar el desplazamiento de dirigentes senderistas por las prisiones para conseguir alinear a los militantes con la propuesta de Guzmán. Su evidente propósito era lograr la escisión del PCP-SL, objetivo que consiguió y que constituye su logro más importante. El resultado final de las conversaciones sólo sorprendió a Guzmán y a quienes se plegaron a su posición: «finalmente, luego de sucesivos llamados de Fujimori a rendición y arrepentimiento, de varias campañas de las Fuerzas Armadas con vo- lantes en las zonas de emergencia con «¡Gonzalo se rindió, entrégate!» entre otros, más el desprestigio constante ante la opinión pública, Fujimori en diciembre 1993 declaró «Guerra al terrorismo» como respuesta». La respuesta de Fujimori se pro- dujo el mismo mes en que Guzmán pretendía reiniciar las conversaciones. En los hechos, allí terminaron las negociaciones: «Esto llevó a un congelamiento de las conversaciones todo el 94». Montesinos retornó brevemente las conversaciones a mediados de 1995 para conseguir que variaran su posición Margie Clavo Peralta, una de las dirigentes más importantes de la tendencia «Proseguir», y otros dos miembros de esa direc- ción que habían sido detenidos. Guzmán e Iparraguirre consiguieron ese resulta- do y trataron de aprovecharlo para reiniciar las conversaciones de paz y fortalecer sus posiciones dentro del PCP-SL. Propusieron, «a fin de llegar al objetivo pro- puesto aún pendiente», que Margie Clavo y los otros dos detenidos salieran «a autocriticarse públicamente de haber sostenido «proseguir» y asumir «terminar» la guerra popular [...] mediante un Acuerdo de Paz». 44 Proponían, asimismo, salir ellos y los demás dirigentes en prisión a dar un mensaje públicamente, suscribir una declaración oficial en que se proclamara el término de la guerra y volver a reunir a los miembros de la dirección de su tendencia. A continuación, Guzmán envió un mensaje a su militancia por medio de su suegro radicado en Suecia en el que proclamó el giro de Margie Clavo como «un éxito del Partido, de la línea 187 que los camaradas afuera analizaran, pensaran en «montaje» y se opusieran. Además tampoco permitieron se fundamentara públicamente nuestra propuesta tal como acordáramos. (PCP-SL 1993a)