Hatun Hillakuy 2008-Hatun Willakuy. Versión abreviada del Informe | Page 195
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su captura no fue tanto un resultado del trabajo policial de inteligencia cuanto de
una delación del director de la academia César Vallejo —es decir, Luis Arana
Franco, Manuel—, de cuyos recursos económicos, como se ha señalado ya, dependía
el sostenimiento de la dirección partidaria).
«Pensamiento Gonzalo» sin «presidente Gonzalo»
La caída de Abimael Guzmán dejó al PCP-SL privado del gran dirimente en las
polémicas político-ideológicas. «Es a través de una persistente, firme y sagaz
lucha de dos líneas, defendiendo la línea proletaria y derrotando líneas contra-
rias, como se ha forjado el “pensamiento Gonzalo”», afirma un texto partidario
anteriormente citado. La convicción de estar armado de un pensamiento inven-
cible garantizaba al PCP-SL la absoluta unidad de mando y constituía un pode-
roso seguro contra eventuales escisiones: las únicas opciones para los disidentes
eran la autocrítica extrema o la desaparición. La opinión de Óscar Ramírez
Durand, Feliciano, al respecto es muy dura: «Guzmán [...] impuso dentro de Sen-
dero una dictadura totalitaria y el llamado “pensamiento único de Gonzalo”,
que no admitía ninguna crítica, so pena de sufrir, quien lo hiciera, sanciones muy
severas e incluso la muerte si uno se apartaba de la organización. Así, sólo él
podía ser el “teórico” [dar la línea) y los demás tenían que “aplicarla”» (Ramírez
Durand 2003).
Guzmán sobrestimaba su capacidad de convencimiento. El viraje que exigía a
sus militantes al plantear la tesis del acuerdo de paz era demasiado grande para
ser aceptada unánimemente. Es muy probable que esta falta de objetividad para
juzgar la situación haya sido inducida en él por el culto a su propia persona que
previamente había promovido con éxito en la organización, culto que terminó por
hacerle creer que su palabra tenía un poder casi demiúrgico.
Aunque al caer Guzmán cayó casi simultáneamente una porción considerable
de la dirección política del PCP-SL, el aparato militar de la organización quedó
hasta cierto punto indemne. Con anterioridad, la DINCOTE había conseguido la
desarticulación de El Diario, la Asociación de Abogados Democráticos y Socorro
Popular, «órganos generados por el Partido». La desintegración de este último fue
un golpe decisivo para Guzmán, quien, como se ha visto ya, daba a este aparato
mayor importancia que al Comité Metropolitano de Lima en sus manejos políti-
cos en la capital.
En mayo de 1992 fueron muertos en el centro penal de Canto Grande, como ya se
ha señalado, Yovanka Pardavé, Tito Valle Travesaño y Deodato Juárez Cruzatt.
Guzmán comentaría después al general Antonio Ketín Vidal que en esa acción ha-
bían matado a sus «mejores hijos», refiriéndose a los dos últimos. Con Guzmán fue
capturada Elena Iparraguirre, Miriam, integrante del Comité Permanente junto con
el propio Guzmán y Óscar Ramírez Durand, Feliciano. Fue detenida también Laura
Zambrano. Ramírez Durand afirma que su incorporación en el Comité Permanente,
como sustituto de la fallecida Augusta La Torre, esposa de Guzmán, fue puramente
formal puesto que, estando él en el campo, no podía asistir a las reuniones para
tomar decisiones. Así, el Comité Permanente, máxima instancia de dirección del
PCP-SL, era conducido únicamente por Abimael Guzmán y su compañera, Miriam.